Nada es imposible
Hay muy pocas películas que logran sostenerse luego de una segunda parte, y Misión Imposible es una de ellas. Hace casi dos décadas que la fórmula funciona perfectamente, con detalles bien cuidados y pensados para entretener en todo momento.
En esta nueva entrega, tenemos una primera secuencia con Ethan (Tom Cruise) colgado de un avión. Como ya se sabe, Cruise, quién también es productor de la saga, no usa dobles, sino que él mismo hace las partes más riesgosas, por lo que las escenas se vuelven mucho más creíbles e intensas. A sus 53 años, sigue demostrando que la madurez le sienta muy bien y que es uno de los pocos actores hollywoodenses que realmente se atreve a todo.
Otro punto a destacar es la participación de los actores secundarios, sobre todo el papel de Simon Pegg y su necesario Benji Dunn, quien aporta la dosis justa de humor mezclado con heroísmo y amistad.
Las dos horas de duración de la película, no tienen desperdicio, dado principalmente por las escenas de acción, que son constantes y entretenidas. Aparentemente se viene una sexta parte y seguramente Ethan tendrá una nueva y vertiginosa aventura. La fórmula del éxito ya la encontraron.