Lo que más llama la atención de esta película es el director, de tan solo 26 años. Todas sus películas han sido intensas, mostrando una mente adulta e inteligente. Mummy tiene momentos exagerados y sobreactuaciones, pero de esta manera nos muestran el extremo, hasta dónde se puede llegar. Todos los protagonistas están sobrecargados de problemas, todo el tiempo, sin respiro. Verborragia y gritos constantes hay en el film que desde el principio sabemos cómo va a terminar, pero el camino hacia eso es muy intenso, dramático y hasta disfrutable. Y para el final, uno recordará a Jack Nicholson en “Alguien voló sobre el nido del cuco“.