Vaivenes de una bala perdida
Olivier Marchal nos entrega este frío policial negro que relata la historia real del policía marsellés abatido por una tragedia familiar que le encuentra sentido a su vida al intentar resolver un caso sobre un asesino serial que termina por desenmascarar a la policía francesa y los monstruos que con ella conviven.
El personaje principal está interpretado por el todoterreno Daniel Auteuil, un tipo que conocí en la exquisita comedia Le placard (2001) junto a Gerard Depardieu y que ahora se desarma y descompone al mejor estilo de la vieja escuela para caracterizar al detective Schneider. La forma en la que se lo va acompañando durante las más de dos horas del filme hace a uno sentirse tan abatido como el personaje, algo que se siente cuando por fin empieza la acción pasada la hora y media del metraje, en esa escena de persecución que corta la respiración y deja al borde del asiento.
Una fotografía muy bien elegida, con unos contrastes muy buenos que le dan una psicología especial a cada escena. La musicalización no es de lo mejor que ha dado Francia en el 2009, pero sin duda es muy acertada también. El resto del reparto está normal, como para no tirarles muchas flores, aunque cabe decir que Philippe Nahon está espeluznantemente genial, componiendo un personaje indescifrable y sombrío, que deja con la boca abierta en cada escena por su manera de ser, algo que los guionistas no supieron aprovechar del todo, ya que entre tanto drama se disipa un poco el suspenso por la excarcelación del temible Charles Subra.
Lo que más le juega en contra a esta película es eso. Tanto mejunje de historias, que hacen que uno se pierda un poco en lo que está viendo. Demasiados caminos para terminar llegando a un final que hace pensar "ah, fue asi nomás...". Para haber sido una historia tan impactante se debió haber hecho más incapié en lo que hizo Schneider antes de tomar la decisión que toma, o la relación que mantuvo con su protegida (desilusionante en su papel Olivia Bonamy). Se pudo explotar más el factor de thriller, ya que los que conocen bien la historia por los lares europeos sabrán que fue escalofriante como se desenvolvieron los hechos.
Sin duda una cinta que daba para más y que deja un sabor un tanto amargo, pero que atrapa y se deja ver gracias a un reparto correcto y un guión bien hecho. La recomiendo para un sábado lluvioso a la tarde, para ver tranquilo en el sofá. Y de paso conocen la historia.