La pandilla de Los Muppets está de regreso en esta secuela del exitoso film del año 2011 (en la Argentina se exhibió a comienzos de 2012) que marcó el retorno al cine -tras 13 años de ausencia en la gran pantalla- de estas marionetas creadas en el año 1964 por el fallecido titiritero y productor televisivo Jim Henson.
Como es usual, estos adorables personajes critican y al mismo tiempo se ríen de todo y de todos, por lo que se encargan, ni bien arranca la película, de hacer un chiste sobre las continuaciones en la industria cinematográfica de Hollywood y del hecho de que ésta no es su primer “segunda parte”.
Luego de haberse reunido todos en la anterior (en la primera escena de ésta nos damos cuenta que -en realidad- todo lo sucedido formaba parte del rodaje de la cinta que los traía de regreso), surge una nueva oportunidad de continuar con el show de la banda liderada por Kermit. Es así que se reúnen con Dominc Badguy (interpretado por el británico Ricky Gervais), un supuesto manager de giras internacionales que les propone realizar su propio tour mundial, comenzando por Europa.
A pesar de que la rana desconfía, todos sus compañeros (más que eso son una familia) desean salir de gira y presentarse en los grandes teatros de los destinos más fascinantes de ese continente, por lo que parten en un anticuado y destartalado tren hacia Berlín, para luego pasar por Madrid, Dublín y Londres. Es en Berlín, la “capital mundial de la risa” donde las segundas intenciones de su “representante” comienzan a salir a la luz (para nosotros los espectadores, no para Los Muppets).
Todo ésto es parte de un plan criminal mucho mayor que involucra a Constantine, la “rana más peligrosa del mundo”, quien escapa de Gulag, una prisión de máxima seguridad ubicada en Siberia. El tema es que este batráceo tiene un gran parecido con Kermit, a quien reemplaza en la gira sin que nadie note su ausencia y, peor, su posterior encarcelamiento en el mencionado establecimiento ruso.
De esta manera, Constantine, el número uno, se une a su secuaz Dominic, alias el número dos, para llevar a cabo su plan delictivo. Mientras Kermit -con deseos de escapar y a la espera de que sus amigos vayan a rescatarlo- lidia con una fría carcelera llamada Nadya (una Tina Fey graciosísima, como siempre) y sus compañeros criminales (intepretados por Danny Trejo, Ray Liotta y Til Schweiger), la banda de los Mupptes son los sospechosos de una serie de atracos.
La investigación policíaca está a cargo de dos detectives bastante particulares: uno de la INTERPOL, Jean Pierre Napoléon (Ty Burrell y un papel que levemente se semeja al Inspector Clouseau de “La Pantera Rosa”), y el otro de la CIA, el muppet Sam el Aguila.
Repleta de gags, humor inteligente y sano, números musicales con gran despliegue coreográfico y los clásicos cameos (apariciones especiales de una gran cantidad de celebridades como Rob Corddry, Tony Bennett, Lady Gaga, Hugh Bonneville, Sean “P. Diddy” Combs”, Céline Dion, Zach Galifianakis, Josh Groban, Salma Hayek, Tom Hiddleston, Toby Jones, Frank Langella, James McAvoy, Chloë Grace Moretz, Usher, Saoirse Ronan, Stanley Tucci y Christoph Waltz, entre muchos otros) la película, nuevamente dirigida por James Bobin y co-escrita junto a Nicholas Stoller (esta vez, Jason Segel no estuvo involucrado), brinda entretenimiento al 100 por ciento y nos introduce, una vez más, en el divertidísimo mundo Muppet, aggiornado pero sin perder la esencia de este clásico grupo que supo ganarse un lugar en los corazones de distintas generaciones.
Recomendación: Para el público adulto, el film es mucho más disfrutable en su versión original subtitulada y no doblada, ya que parte de los chistes pueden perderse en la traducción.