Natacha

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

La adaptación de Natacha, la novela de Luis María Pescetti, llega al cine con dirección de Fernanda Ribeiz y Eduardo Pinto.
Natacha es una niña muy curiosa y muy amiga de Patti. En el camino encuentra a un perro que lo llama Rafles y aprovecha un trabajo práctico del colegio para preguntarse si los perros ven en colores. En su casa, los papás tratan de aguantar las ocurrencias de la chica mientras que la abuela sirve como compinche.

Las historias para niños en el cine argentino son inexistentes. Mientras que las grandes producciones internacionales tratan los temas básicos como la amistad y la madurez en un contexto totalmente ajeno a lo que viven los chicos en nuestro país. Natacha, la película remedia este problema al centrar la acción en el colegio y en los problemas que pueden surgir en chicos de nueve o diez años.

Hay ciertos aspectos de la producción y las actuaciones que parecieran presentarse como un film casero o familiar que podría restar ritmo en una época donde los chicos consumen contenido visual a una velocidad increíble. Pero este aspecto aparentemente buscado hace la cinta aún más particular en el género infantil, donde el punto de vista se sitúa en su picaresca protagonista Natacha.

Hay que mencionar que Pescetti realizó la música original de la película, una manera de expandir el universo de sus novelas y canciones a la pantalla grande.