NK

Crítica de Pablo Ibáñez - Ámbito Financiero

Kirchner.doc, esa parábola política

Sin la pompa del corte de Paula De Luque que se estrenó el 22 de noviembre del año pasado en más de 100 salas comerciales con pretensiones, que el tiempo comprobó injustificadas, de boom taquillero, se estrena hoy en el circuíto casi intimista de los espacios INCAA "NK", el documental de Adrián Caetano sobre Néstor Kirchner.

Las distancias ente el film de De Luque y el de Caetano, primer director contratado por "Topo" Devoto y "Chino" Navarro, los productores, son notables: De Luque se tentó con emular a Favio y apostó a un producto de impronta mística y en algún punto propagandístico. Obvió tantos tramos de la vida política de Kirchner suprimió personajes y episodios medulares en la construcción del destino presidencial del patagónico- que el producto final además de políticamente parcial, es historiográficamente incompleto.

Caetano, más distante del personaje y desprejuiciado, opta por un enfoque más riguroso o, al menos, más totalizador. Caetano se aproxima al sujeto político que es Kirchner desde el propio Kirchner, prescinde de los relatores que explican el fenómeno recurso del que abusó De Luque- y construye un documental que aun con baches define una época y cuenta una vida, sin la sacralidad del relato oficial.

Más simple: sin ser un producto que interese demasiado más allá de los militantes y los sectores politizados, el "NK" de Caetano se beneficia gracias a la comparación con "Néstor Kirchner, la película", de De Luque.

El corte que hoy se conocerá, y que se preestrenó el domingo pasado, Día de la Militancia, en varias plazas del país, es el que a principios de 2011 los productores desecharon y derivó en la contratación de la directora de "Juan y Eva".

Cinco meses atrás, el documental sin audio ni postproducción- de Caetano se filtró y viralizó en la web. Devoto le alcanzó una copia a Cristina de Kirchner que lo vio en El Calafate y luego le pidió que se exhiba.

El derrotero del documental es una parábola política perfecta. Se pensó en los tiempos del endiosamiento y la supremacía plena del kirchnerismo que se coronó con el 54% de Cristina en el 2011. El corte de Caetano desentonaba con ese tiempo como, en 2012, con la espuma más abajo, desentonó el de De Luque.

Ahora, después de una doble derrota de agosto y octubre, con otro clima, entre los espasmos de un ciclo que sin agotarse ensaya un cambio de piel, existe otra frialdad para explorar al personaje Kirchner. Caetano es el lazarillo correcto.