La nueva película del uruguayo Fede Álvarez (“Evil Dead” 2013), es un thriller de dientes apretados con invasión hogareña y un linda vuelta de tuerca: la supuesta víctima es más peligrosa que los ladrones.
Los ladronzuelos son los jóvenes Rocky (Jane Levy); su novio “Money” (Daniel Zovatto); y su amigo Alex (Dylan Minnette). Rocky necesita dinero para liberarse a sí misma de un hogar roto. Al enterarse que hay un veterano de guerra ciego (Stephen Lang) que vive solo y tiene una montaña de dinero en efectivo escondido en la casa luego de un acuerdo legal, los jóvenes deciden entrar.
Rápidamente lo que parecía un trámite se convierte en una pesadilla. Están atrapados en la casa por un tipo que aunque sin visión, es una máquina entrenada que usa un sentido sobrenatural de audición para acecharlos desde una habitación a otra. No faltan las ventanas enrejadas y el sótano, por supuesto, y un montón de cerraduras que arbitrariamente resultan de fácil acceso o irrompibles.
En esta clase de películas se trata de jugar y torturar a la audiencia, y en ese aspecto Álvarez sale exitoso. Preguntas sobre la plausibilidad de todo lo que sucede en la película, bueno, ese es otro tema. Películas como “No Respires” operan por un conjunto de reglas cuidadosamente diseñadas para tocar alguna fibra al espectador, en general dejando la lógica de lado.
Todo lo “creíble” que resulta su primer acto, se deja de lado cuando el relato necesita que la historia siga, como sea. Si alguien se golpea la cabeza dos veces en un radiador de metal, no puede salir caminando, estaría muerto. Si alguien cae en picada de 10 metros de altura a una superficie de hormigón, no puede reanudar su escape, tendría la columna rota. Un personaje indestructible que puede sobrevivir el abuso más brutal, otro personaje que el guion construye como inteligente y de repente se comporta de una manera estúpida, un final satisfactorio para dejar a todos contentos estropeado por una tonta coda. Y otras mil incongruencias.
Lo mejor es aceptar a “No Respires” simplemente como un muy buen thriller, divertido y pasatista y no el nuevo clásico que el hype quiere hacernos creer que es.