En 1985 se estrenó una de las más logradas combinaciones de horror y comedia: La Hora del Espanto. En esta película dirigida por Tom Holland, Charley Brewster (William Ragsdale), un adolescente fanático del cine de terror, descubre que Jerry (Chris Sarandon), su nuevo vecino, es un vampiro responsable de las misteriosas desapariciones del vecindario. El muchacho y sus amigos acudirán a Peter Vincent (Roddy McDowall), un actor y presentador de film de miedo —al estilo Peter Cushing y Vincent Price, justamente— en el programa Fright Night (de ahí el título original en inglés). Aunque Peter resulta no ser un especialista en matar chupasangres, él, Charley y su novia deberán arreglárselas para enfrentar al ser de las tinieblas.
La Hora del Espanto se convirtió en un clásico menor, generó una secuela en 1988... y tampoco escapó al ataque de las remakes: Noche de Miedo.
El argumento y la esencia siguen siendo las mismas, pero hay varios cambios. Ahora la acción transcurre en un pueblito de Nevada, cerca de Las Vegas, donde es común que la gente duerma de día y trabaje de noche. También hay diferencias en las características de los personajes. Charley (ahora interpretado por Anton Yelchin) pasó a ser un ex nerd convertido en un chico popular del colegio, y no es el primero en descubrir la verdadera cara de Jerry (ahora Colin Farrell), sino Evil Ed, su amigo. Este personaje —autor de la memorable frase “You're so cool, Brewster”—, inmortalizado anteriormente por Stephen Geoffreys y esta vez encarnado por Christopher Mintz-Plasse, tiene el mismo destino que en la original, pero menos participación. La madre de Charlie (Toni Collette) aparece más en la historia que en la versión anterior... pero el cambio más radical es el Peter Vincent modelo 2011 (David Tennant): un mago onda Chris Angel, bien roquero, arrogante, alcohólico y experto en lo oculto; los fanáticos de Roddy McDowall tendrán sentimientos encontrados, ya que el trabajo de Tennant es muy bueno.
La guionista Marti Noxon parecía destinada a escribir este refrito: trabajó en la serie Buffy: La Cazavampiros y en el spin off Angel. Además de las modificaciones mencionadas, hizo otro cambio en la trama: ahora Jerry ya no se interesa en Amy, la novia de Charley, porque le recuerde a un amor del pasado. En cambio, agrega una relación previa entre Jerry y Peter, lo que le da más profundidad al personaje del cazador de vampiros.
El director Craig Gillespie demostró que sabe hacer comedias dramáticas (Lars y la Chica Real) y comedias más tradicionales (Enemigo en Casa, con Sean William Scott y Billy Bob Thorton). Esta vez también incursiona en territorio sobrenatural y violento. Logra imprimirle un ritmo imparable a determinadas secuencias, como una dentro de un auto en medio de una persecución, muy al estilo de la de Niños del Hombre. Sin embargo, en la versión de Holland, cuando la película se ponía terrorífica, era muy aterradora, y en la versión actual, Gillespie falla en ese aspecto. La utilización de efectos por computadora tampoco ayuda, pese a que no hay abuso de dicha tecnología.
Aunque no es un film extremo, es un poco más crudo que los films de Crepúsculo, a los que inevitablemente se hace referencia en un chiste. Curiosamente, el director de fotografía Javier Aguirresarobe viene de iluminar Luna Nueva y Eclipse.
En cuanto a la tarea actoral, Colin Farrell se destaca por sobre el resto, dejando en claro que sabe hacer de villano. Su Jerry es tan sensual y peligroso como el de Chris Sarandon (quien tiene un divertido cameo), incluso con un sex appel postmoderno. Por su parte, la inglesa Imogen Poots le pone su cuota romántica como la nueva Amy, que resulta más bella y atrevida que la de Amanda Bearse en el ’85.
Noche de Miedo será comparada inevitablemente por quienes aman La Hora del Espanto, pero no deja de ser una buena excusa para ir al cine y distraerse un rato... y no pensar si el vecino nuevo de tu vecindario es un monstruo dispuesto a arrancarles la yugular.