"Ganamos la guerra... pero perdimos el planeta", dice el protagonista en la introducción que le anticipa al espectador lo que ocurrió hace 60 años en esta notable propuesta de ciencia ficción ambientada en el 2077 y basada en la novela gráfica de 12 páginas creada en 2005 por el director de esta producción, el realizador Joseph Kosinski ("Tron: El Legado").
Y es que en ese tiempo, la Tierra fue invadida por una raza extraterrestre -a la que lo humanos llaman "carroñeros"- dejando a nuestra Luna destruída y a la mitad del planeta desvastado y con altos niveles de radiación que lo hicieron inhabitable.
Antes de unirse con el resto de los sobrevivientes que han sido evacuados hacia una colonia en Titán, una de las lunas de Saturno, Jack Harper (Tom Cruise), un técnico de mantenimiento y reparación de drones, y su compañera Victoria (la actriz británica Andrea Riseborough), deben completar las tareas que les fueron asignadas y que tienen que ver con la seguridad y limpieza.
Un sueño constante que lo remite a supuestos recuerdos de una vida antes de que la Tierra se destruyera, y la aparición de una mujer -Julia Rusakova (Olga Kurilenko)- a la que rescata tras el impacto de una nave no identificada, hacen que la existencia de Jack se desmorone por completo.
Claro que entre ellos hay una conexión que trasciende la lógica y allí reside la clave de esta historia que va desencadenando una serie de eventos que obligan al personaje de Cruise a cuestionarse todo lo que pensó que sabía. Además, el líder de un grupo de humanos rebeldes (interpretado por Morgan Freeman) aporta lo suyo para que se inquiete aún más con una realidad distinta a lo que le hicieron creer.
Aunque se reconocen elementos clásicos de otras películas del género ("El Planeta de los Simios", "2001: Odisea del Espacio" , "Star Wars", "Matrix" y hasta incluso "Wall-E" por nombrar sólo a algunas), "Oblivion - El Tiempo del Olvido" no deja de sorprender por su excelente estética visual y una historia atrapante.