Johnny Depp elige por tercera vez ponerse en la piel de un gángster que realmente existió. Lo hizo ya en “Blow” y en “Public Enemies” pero esta vez el desafío fue mayor, y no sólo por lo físico, donde vemos a un Johnny Depp “serio” (es decir, no disfrazado, como en casi todas las películas que protagoniza con un look muy distinto al suyo real), pelado, de mirada penetrante.
La historia a contar por el director de “Crazy Heart” y “Out of the furnace” es la de Whitey Bulger, una figura que todo Boston conoce y gran parte de Estados Unidos especialmente también. En realidad, más enfocada en la curiosa alianza que forma con un agente del FBI a quien conoce desde la infancia, Connolly, interpretado por Joel Edgerton, donde tienen un trato al estilo “yo te protejo, vos me brindás información valiosa”.
Lealtad, es lo único que pide y ofrece Connolly, es la ley por la que se rige. Pero lo cierto es que en este mundo las leyes y las reglas nunca están correctamente delineadas y lo moral comienza a desdibujarse.
Desde el trailer se podía percibir una película fuertemente influenciada por uno de los mejores narradores de historias de gángsters del cine, Martin Scorsese. No obstante, más allá de estar efectivamente influenciado por el realizador, el tono de la película es bastante más oscuro que el que uno puede esperar después de ver los avances.
Porque Whitey es un mafioso que además lleva una vida familiar, casado y con un hijo pequeño, una madre con la cual juega a las cartas, y un hermano senador. Pero a medida que va sufriendo ciertas pérdidas en su vida personal, la personalidad de Whitey se va tornando cada vez más oscura y así lo hace también la película de Scott Cooper.
Es mucho lo que la película quiere abarcar en su guión y esto se nota especialmente a la hora de delinear tramas secundarias. Con un elenco bastante grande, muchos secundarios interesantes nos dejan con ganas de más. Además del protagónico implacable de Depp, Joel Edgerton brinda a su lado un duelo actoral muy interesante. Peter Sarsgaard, Corey Stoll, Juno Temple son algunos de los actores secundarios a los que nos hubiese gustado ver un poco más.
Dakota Johnson (actriz que no debería quedar relegada a ser recordada como Anastasia Steele, porque su talento le permite mucho más), Kevin Bacon, Adam Scott, Julianne Nicholson y Benedict Cumberbatch (más que correcto en el papel de su hermano pero el más desdibujado del trío de personajes criados juntos en el sur de Boston), entre otros, terminan de completar el elenco.
El mundo de los mafiosos parece ser un mundo de hombres. Al menos acá las mujeres quedan relegadas a papeles muy secundarios, pocos minutos de pantalla o ninguno en absoluto, como el papel de Sienna Miller que finalmente fue eliminado.
“Pacto criminal” es una película que quiere ser muchas cosas y al final sólo logra ser una buena película de mafiosos, no destacarse mucho más que de ese modo. Como resaltaba anteriormente, quiere abarcar demasiado y así cae en muchos delineados superficiales.
Un retrato austero sobre la vida criminal, un Depp realmente sobresaliente (y lo escribe una antigua admiradora del actor que con el tiempo se cansó de verlo interpretar personajes cada vez más excéntricos y caricaturescos) que quizás aspire al Oscar, dicen las lenguas especializadas.
Un monstruo disfrazado de hombre, alguien que cree tener el poder de hacer lo que quiera. Al fin y al cabo, como le aconseja a su hijo: lo importante no es qué hagas, sino cómo lo hagas, dónde lo hagas y a quién se lo hagas.
Una película buena y ambiciosa pero que por momentos pierde solidez y eso se percibe en ciertas secuencias donde comienza a querer sentirse aburrida. Por suerte no lo termina de lograr aunque sí elige centrarse más en el drama que en la acción.