Pájaros Negros, la ópera prima de Fercks Castellani, apuesta a un oscuro thriller de suspenso.
Víctor tiene un buen y exitoso trabajo, que de todos modos le consume mucho tiempo y energía, una pequeña hija a la que adora, y una mujer a la cual ama pero no termina de entender. Ella parece estar sumergida en medio de una fuerte depresión que la tiene constantemente desganada y cada vez más alejada de su propia hija.
Castellani logra desde el primer momento crear atmósferas de misterio y densas, uno de los puntos más fuertes del film sin duda.
Pero la historia avanza, a Víctor le entran dudas, sin querer descuida un poco a su hija, tiene desencuentros en su trabajo, y comienza a desconfiar de la supuesta depresión de su mujer con el fantasma de la infidelidad.
No es conveniente contar más de la trama pero lo cierto es que a medida que avanza, esta película que dura poco más de una hora, comienza a tornarse cada vez más reiterativa e incongruente. La participación especial de Tomás Fonzi y sus forzados acento y expresiones gallegas terminan de restarle seriedad a un producto cuyo tono no deja ni un poquito de lugar a la comedia voluntaria. Se toma tan en serio a sí misma, que carece de naturalidad.
La interpretación de Luciano Casaux como Víctor está bastante bien mientras que la actriz Martina Perret se encuentra más deslucida y lo que le impregna a su personaje ese aura de misterio, especialmente en la primera mitad de la película, se le debe más al guión que a su actuación.
Los pájaros negros rodean a los personajes como señal de un mal presagio pero el film además está plagado de otros detalles que funcionan como indicios, detalles que de todos modos muchas veces se repiten más de lo necesario. La resolución, aunque predecible, no termina de convencer.
Pájaros negros es una película que sabe construir climas (aunque la música incidental que ayuda a construirla por momentos se sienta excesiva) sin embargo se enreda a la hora de definir personajes y relaciones y deriva en un producto interesante pero al que le falta pulir un poco más la narración y tono uniforme.