Cuánto conocemos de un Colegio Militar? Cuando podemos entrar al corazón del adoctrinamiento y su educación? Este documental trata de eso, de contarnos como se educan los futuros militares a partir de que en el año 2008 la Ministra de Defensa Nilda Garré introduce cambios en los programas de estudio en los Institutos Militares. El fin fue transformar la construcción cultural e ideológica de una institución signada por los golpes de estado y los delitos de lesa humanidad. Para ello nos introduce en un colegio Militar y cuenta el aspecto de la enseñanza sobre derechos humanos, tomando como eje del relato al profesor de Derecho Internacional Humanitario Ricardo Irigoin y a dos estudiantes, Ezequiel Olivera y Miguel Blanco que están cursado el último año de la carrera de Subteniente del Ejército Argentino, además de tomar testimonios de otros integrantes de la fuerza y otros docentes. Es una muy interesante oportunidad de intentar entender cómo se van informando no solo en la educación diaria los cadetes, sino también un pequeño acercamiento a los momentos en los que realizan prácticas de campo. Con un relato en off de la directora Andrea Schellemberg, muy acertado en los contenidos que hace hincapié en lo que muchas veces no se habla en las aulas e intenta comprender el pensamiento de los futuros integrantes de la fuerza armada. Filmado con mucha prolijidad, con un muy buen trabajo de cámara y fotografía a cargo de Diego Gachassin , con un sonido muy claro a cargo de Hernan Gerard , nos vemos inmersos en un mundo muy poco conocido y vedado para los ciudadanos civiles. Considero que este documental nos permite entrar a las aulas y tener un acercamiento hacia parte de lo que hoy estudian los que pronto serán los efectivos que manejaran ¨el monopolio del uso de la violencia del estado¨, según palabra de uno de los cadetes.
En la actualidad existe un consenso general sobre lo que ocurrió en la última dictadura militar, sobre todo con las graves violaciones a los derechos humanos… ¿Cómo se lee este acontecimiento desde la coyuntura política actual? ¿Hacia dónde se dirige este proceso de revisión histórica? En el año 2008, como parte de la nueva política de derechos, el Ministerio de Defensa firmó una resolución para cambiar los programas de estudio en los Institutos Militares. El fin fue transformar la construcción cultural e ideológica de una institución signada por los golpes de Estado y los delitos de lesa humanidad. El documental realiza un seguimiento del dictado de las clases de Derechos Humanos en el Colegio Militar de la Nación. Dirigido y guionado por Andrea Schellemberg, el film está construido bajo las preguntas de la misma, quien se pone en el papel de espectador durante todo un ciclo lectivo en el dictado de las clases que reciben los alumnos que pronto obtendrán la graduación militar. Un viaje entre el exilio y la memoria, particularmente hace hincapié en los vínculos, lejos de negar o invisibilizar, sino abocando a la controversia de los sucesos de la última dictadura militar en relación a la formación académica militar, donde podemos percibir el ángulo del documental, que es una toma de consciencia de lo que establece la institución y la influencia de esos hechos, un hilo delgado entre el ser y el deber bajo ciertas circunstancias del mismo, por la magnitud de entidad que posee o en este caso que poseerá el futuro miliciano. “Cada uno puede interiorizarse, pero no está dentro de la currícula”, dice un estudiante. El liceo militar forma en cuanto tácticas, estrategias, combates y da un marco general de conflictos regulares, simétricos, que no tiene que ver con la simetría con el terrorismo, sino con combates irregulares. Ahí es donde la documentalista trata de crear la correlación de lo mencionado anteriormente, para que a futuro esta nueva generación de soldados del siglo XXI puedan desenvolverse conscientemente en su actividad. Y así lo hace introduciéndose en una institución que no le gusta ser observada, ni cuestionada, para indagar en las contradicciones que surgen. Si bien el concepto que se toca está correctamente planteado, no genera un atrape en cuanto al modo de su desmenuzamiento sobre la temática. “Palabras Pendientes” aborda la importancia de que el personal militar tenga conocimientos sobre los derechos humanos ¿por qué? para que no vuelva a suceder lo que pasó anteriormente… un documental de conciencia.
Servidores del pueblo Palabras Pendientes es un documental argentino dirigido y escrito por Andrea Schellemberg que tuvo como objetivo retratar la nueva política de derechos que se dio en el año 2008 con respecto a la resolución firmada por el Ministerio de Defensa para cambiar los programas de estudio en Institutos Militares. De esta manera Schellemberg hizo un seguimiento del dictado de clases de Derechos Humanos en el Colegio Militar de la Nación. La manera y motivaciones para convertirse en un militar a la mayoría le pueden parecer algo muy alejado de nuestra sociedad, muy ajeno a la vida cotidiana. Gracias a este documental el espectador puede sumergirse en cómo se manejan dentro del Colegio Militar: qué materias se dictan, cómo son los profesores, las evaluaciones orales y escritas, las actividades al aire libre tales como la construcción de un puente o el uso de armas, los formalismos y el nivel jerárquico que hay entre un docente y un estudiante. Todo esto combinado con una música solemne, planos de la arquitectura del instituto y una voz en off que otorga datos duros y a la vez se hace preguntas retóricas. Resulta interesante ver por dónde se abordan temas como la tortura, los fusilamientos extrajudiciales, la desaparición forzada de personas, el derecho a la identidad y a la vida, la convención de los derechos del niño, el genocidio y la violación a los derechos humanos. Los estudiantes preguntan sus dudas y pueden llegar a armarse debates satisfactorios durante la clase. Sin embargo la crítica implícita no se puede dejar pasar: cuando desde el afuera se le pregunta a uno de los alumnos si en la clase de Historia Militar Argentina se habla sobre la última dictadura militar argentina, el joven responde que ese tema no se toca porque son un ejército del siglo XXI y nadie lo vivió. Aunque el profesor diga que es necesario hacer una construcción de época antes de hablar de los hechos, la negación del alumno y su fundamento impactan. La película tiene un buen equilibrio en cuanto a su estructura: no brinda información toda de golpe sino que la intercala con imágenes de los estudiantes preparándose antes de un examen, entrevistas a los profesores, decretos y videos de archivo, etc. Poder ser testigos de lo nervioso que está un joven al dar un oral, cómo su docente lo orienta con las preguntas, la seriedad que se palpa en el ambiente y las charlas entre ellos contando qué se les dio por estudiar ahí es apreciable. El documental deja en claro que los responsables del terrorismo de Estado siguen sin aportar los datos necesarios y es contundente en cuanto al deber de los militares futuros. Ellos deben servir a la Nación y del colegio tienen que salir ya formados porque cualquier decisión que tomen afectará para bien o para mal a personas. Los profesores sostienen que dentro del establecimiento hay libertad de expresión y que el pueblo argentino debe empezar a comprender que el ejército tiene sus mismos valores, no es un ente aparte. Todo aquel que le guste saber más sobre la preparación de los militares, las clases de Derecho, Táctica e Historia que se dan en el Colegio Militar de la Nación y la labor al aire libre, disfrutará de este film que busca dejar una enseñanza en los argentinos: nos debe entrar en la cabeza de una vez por todas que estos estudiantes no tienen nada que ver con las atrocidades que se cometieron en la dictadura, por lo que hay que saber diferenciar y no juzgar.
Tratando de cambiar cabezas La filmografía de la realizadora Andrea Schellemberg tiene como hilo conductor los Derechos Humanos, temática que abordó en D-Humanos (2011) a través del corto La formación y el largo Santa Lucía (2012), donde seguía la tarea de una profesora de historia en pleno monte tucumano que intentaba desentrañar los hechos ocurridos allí durante la última dictadura militar. Ahora vuelve sobre el tema con Palabras pendientes (2017), documental que transita por la enseñanza de derechos humanos en colegios militares. En el año 2008, durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, la entonces ministra de Defensa Nilda Garré, como parte de la nueva política de derechos humanos, firma una resolución para modificar los programas de estudio en los Institutos Militares. La nueva curricula exige el dictado de materias con contenidos vinculados a los derechos humanos con el fin de poder cambiar, a partir de los conocimientos impartidos a las nuevas generaciones de futuros militares, la construcción cultural e ideológica de una institución marcada por los golpes de estado y los delitos de lesa humanidad. La pregunta es ¿se puede? La documentalista se mete en el Liceo Militar de la Nación para seguir durante todo un ciclo lectivo el dictado de las clases a los alumnos que pronto obtendrán la graduación militar. Palabras pendientes está construido en base a preguntas que Schellemberg se formula y que a través de la observación de clases, exámenes, entrevistas con docentes y alumnos intentará responder. ¿Puede una institución que oculta información sobre desapariciones, robo de niños y campos clandestinos de tortura inculcar a nuevas generaciones el valor del significado de los derechos humanos? Las respuestas son contradictorias y están en concordancia con la época. El documental se filmó mucho antes del polémico fallo del 2x1 que le reduce las penas a presos sentenciados por delitos de lesa humanidad. Por eso tal vez hoy todo tenga una resignificación y las lecturas que se le pueda dar sean otras. Palabras pendientes es una película necesaria, controversial aunque no lo parezca, que se introduce en una institución que no le gusta ser observada, ni cuestionada, para indagar en las contradicciones de un sistema que pretende cambiar pero que no lo hace a fondo. Habla de interpretaciones de la historia de parte de profesores que la imparten y de alumnos que la reciben. De verdadades y ocultamientos. Pero sobre todo de cambiar cabezas en donde contrariamente muchas de las cabezas se niegan a aceptar sus errores.
Con varias películas sobre temas de derechos humanos en su haber, Andrea Schellemberg presenta Palabras Pendientes: un documental que cuestiona la enseñanza en los colegios militares. Mientras los cadetes en su carrera de estudio rinden exámenes de Derechos Humanos, en los tribunales de distintos puntos del país se está juzgando a cientos de responsables de torturas, secuestros y asesinatos cometidos por el terrorismo de Estado. En este contexto es que Andrea Schellemberg plantea un interrogante: ¿qué tanto se habla en la educación militar de lo que realmente ocurrió en la última dictadura cívico-militar que vivió la Argentina? Para responder esto la cineasta se adentra en el Colegio Militar de la Nación. Todo nace cuando en el año 2008, como parte de una nueva política de DD.HH., la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, firmó una resolución para modificar los programas de estudio en los Institutos Militares. Esta medida tuvo como fin que en dichas instituciones se dicten materias con contenidos vinculados a los Derechos Humanos. A medida que avanza el film, el interrogante comienza a tener una respuesta. Todo se va construyendo a través de entrevistas a personas vinculadas a la Institución, como alumnos y profesores, y mediante la filmación del dictado de clases y de los exámenes sobre Derechos Humanos y Derechos Constitucionales que tuvieron que rendir los alumnos. Schellemberg no sólo utiliza su voz en off para comunicar datos duros, sino que también lo hace para criticar a aquellos profesores que parecen no estar cien por ciento informados sobre los acontecimientos que aterrorizaron a un pueblo entero. A modo de entrevista, y sin miedo alguno, la cineasta les cuestiona a los docentes el hecho de que decidan no hablar durante sus clases de ciertos hechos que ocurrieron durante el proceso militar.
Un giro copernicano, pero no tanto. En el año 2008, la Ministra de Defensa Nilda Garré introdujo cambios en los planes de estudio de las tres Fuerzas Armadas, apuntados sobre todo a la enseñanza de los Derechos Humanos, el Derecho Constitucional y las Relaciones Internacionales, dirigidas afomentar la unidad latinoamericana, además de la reformulación de la materia Historia Argentina, a la que se consideraba desactualizada. En Palabras pendientes, la realizadora Andrea Schellemberg ingresa a la Universidad del Colegio Militar para registrar en directo el funcionamiento de ese cambio copernicano, que en los hechos resulta ser, por supuesto, no tan copernicano. El registro es, sin embargo, previo a la asunción como presidente de Mauricio Macri, por lo cual le estaría faltando una actualización que dé cuenta de en qué medida esos cambios en los planes de estudio se mantuvieron desde enero de 2016 para acá. Schellemberg sigue a una profesora de Derechos Humanos, un profesor de Derecho Constitucional y un profesor de Historia Argentina, así como ocasionalmente entrevista a un par de alumnos de la Escuela de Oficiales del Colegio Militar. En las clases se condena taxativamente la obediencia debida, la tortura y la desaparición forzada de personas, algo que difícilmente ocurriera antes del cambio de planes de estudio, y el profesor de Historia, Jorge Vigo, cita a Foucault y a Trotsky, nombres que uno diría insospechables de ingresar a ese sitio. “¿Quién era Foucault, señor?”, pregunta un alumno más o menos veinteañero, que habría que ver cómo habrá escrito el apellido del filósofo francés. “Foucault era un impresentable”, responde, sorpresivamente, el profesor Vigo, uno de esos docentes dados a la espectacularidad. “Era comunista y homosexual, así que imagínense”, cierra el profesor irónicamente, mientras vaya a saber qué estarán imaginando los alumnos. Con una gruesa y larga colita trenzada, camisa rosa pálida y corbata rosa intenso, se diría que el profesor Vigo es el héroe de la película. Sin embargo, en sus clases no hace mención a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, como tampoco a los juicios posteriores. “Hay que cerrar el tema”, dice, por un lado. “Hay que explicar desde atrás, porque si no no se entiende”. Pero también: “El tema no está suficientemente elaborado por la sociedad, sigue suscitando pasiones. Hasta que no se lo pueda tratar desapasionadamente no me parece conveniente tratarlo en clase.” En otras palabras: hasta hace un par de años, en la Universidad del Colegio Militar se podía hablar de Derechos Humanos, obediencia debida, desapariciones forzadas y tortura. Siempre y cuando fuera en abstracto. De todo eso durante la última dictadura, no se hablaba. Es de suponer que esto no habrá cambiado mucho (no para bien, de seguro) en el último año y nueve meses de vida argentina.
ANÁLISIS IN SITU En el 2008, como parte de la nueva política de derechos humanos, el Ministerio de Defensa firmó una resolución para cambiar los programas de estudio en los Institutos Militares. El documental Palabras pendientes exhibe el trabajo docente en esas temáticas que hasta ese momento no eran abordadas en esos ámbitos, centrándose en el dictado de las clases de Derechos Humanos en el Colegio Militar de la Nación. Mediante entrevistas con profesores y directivos, y la exposición de varios pasajes de las clases que reciben los soldados, esta producción de Andrea Schellemberg se propone reflexionar sobre cuáles son los conceptos que aprenden concretamente los estudiantes, indagando si el fin de transformar la construcción cultural e ideológica de una institución signada por los golpes de Estado y los crímenes de lesa humanidad es efectivamente real. Asimismo, se presentan de manera cronológica los cambios que fue teniendo el Ejército durante estos años, aportando el contexto en donde se desarrolla el análisis que se efectúa. A pesar de instalar algunos apuntes personales, el documental deja mucho a criterio de quien observa sobre los aspectos que exhibe. El trabajo se basa en preguntar y buscar respuestas de los especialistas pero dejando el análisis final en la interpretación del espectador. Este logro resulta ser lo más satisfactorio de Palabras pendientes, que plantea un tema complejo pero no desde la lejanía y con teorías de lindas frases, sino que se inmiscuye adentro del propio ámbito militar y busca los testimonios de quien transitan esa realidad. Palabras pendientes es un documental que a nivel técnico es simple pero prolijo y claro en su narración, dejando la sensación de presentación de un tema para que se delibere sobre él, en vez de finalizarlo con la producción.
Voces en silencio La realizadora Andrea Schellemberg vuelve al tema central de sus producciones, los derechos humanos; ya había abordado esta temática con el corto La Formación, perteneciente a D-Humanos (2011), y en el largometraje Santa Lucía (2012). Con Palabras Pendientes (2016) centra su enfoque en la enseñanza de los derechos humanos en el colegio militar. El pensamiento reflexivo que surge obligatoriamente es: ¿Cómo lograr que en un colegio militar donde temas como la dictadura militar, el robo de bebés y la desaparición forzada de personas no son expresados en voz alta (ni baja), pueda enseñarse sobre la importancia de los derechos humanos? No es una tarea fácil la que lleva a cabo la directora, y es en ese no decir, en lo que no puede ni quiere expresarse, donde el documental consigue efectivamente lo que se propone: dar cuenta que aún en la actualidad queda mucho por decir, mucha verdad que necesita ser descubierta, ser enunciada. El contexto nos sumerge en un colegio militar, a partir de que en el año 2008 la Ministra de Defensa, Nilda Garré, introduce cambios en los programas de educación de las escuelas militares, teniendo como objetivo la concientización de los alumnos, sobre un pasado que aún late en el presente y del cual muchos de ellos nada saben. Sin ir más lejos, los testimonios de profesores, autoridades y de los propios estudiantes afirman que muchos de ellos no están al tanto de los aberrantes hechos ocurridos en el transcurso de la dictadura. Incluso los padres y abuelos de muchos de ellos todavía son cuestionados por la justicia y, por supuesto, otros tantos de esos jóvenes no habían nacido cuando ocurrieron los crímenes de lesa humanidad. Con el fin de mostrar la dinámica de esas clases, la directora nos vuelve testigos del entrenamiento militar que reciben y de las clases a las que asisten y los exámenes que deben rendir para lograr el título deseado. Llama la atención la poderosa ignorancia con que muchos de los alumnos se enfrentan al tema de los derechos humanos, y se aprecia un nivel de exigencia básico a la hora de instruir y evaluar sobre el tema en cuestión. Esto queda expresado en una frase en voz en off de Schellemberg al decir “se dan clases, pero no todos los teman llegan al aula”. Con un trabajo preciso y correcto en los rubros técnicos, la cámara y fotografía, así como el sonido se imponen con una cuidada calidad, la investigación llevada a cabo nos interioriza en un mundo no tan conocido, donde la rigidez (edílica y humana) denota que el pasado vive allí, y que posible y lamentablemente, quede cautivo por mucho tiempo más.
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En el 2008 el Ministerio de Defensa decide cambiar los programas de estudios en todos los institutos militares. Se añaden materias sobre derechos humanos, para cambiar la mentalidad de instituciones signadas por los golpes de estado y delitos de lesa humanidad. Este documental realizado por Andrea Schellemberg hace un seguimiento de las clases de derechos humanos dictadas en el Colegio Militar de la Nación. Este cambio coincidió con la incorporación de la mujer en la carrera de oficiales, el proceso de secularización, el quite de armas de guerra menores, la transformación de ese colegio militar en un espacio universitario. Y ahí la cámara registra detalles, reacciones, resistencias de algunos profesores aferrados al pasado, la incorporación de nuevos titulares. Un documento revelador.
Desafíos de la educación militar La cámara de Andrea Schellemberg filma desde un auto, todavía en movimiento y cubierto por la lluvia, la entrada y el recorrido por el Colegio Militar durante 2010, unos años después de la reforma de los planes de estudio que se realizó en todas las instituciones educativas militares a instancias del Ministerio de Defensa. Palabras pendientes es el registro documental de ese material, intervenido por las frecuentes preguntas de la directora, por las voces de alumnos y profesores que se (nos) interrogan y sobre el presente de las fuerzas de seguridad y los fantasmas de un pasado que aún resulta demasiado reciente. Concebido a partir del hilo conductor que ofrecen las clases de derechos humanos, derecho constitucional e internacional, Palabras pendientes indaga sobre la matriz simbólica que atraviesa la educación en las instituciones militares y cómo se producen cambios, transformaciones y resistencias ¿Qué queda de la experiencia de la última dictadura en las nuevas generaciones que no la han vivido? ¿Qué peso han tenido las estructuras militares en la historia argentina del pasado siglo? Schellemberg deja que sus entrevistados se reflejen en sus propias palabras, las que dicen y las que callan. Todas ellas, desaparición forzada, genocidio, monopolio de la violencia, Estado de derecho son claves para entender el recorrido que su película y su mirada proponen, y para pensar todo aquello que sigue siendo urgente reflexionar, dentro de los claustros militares y fuera de ellos.
Registro de las clases y los exámenes de las escuelas militares en la materia derechos humanos. Como el tema, en un país como la Argentina, es de por sí pesado, este documental no requiere -ni ofrece- grandes atractivos, narrativos o visuales, para lograr, de todas formas, un material interesante.
Documental que bucea en el mundo del adoctrinamiento militar y que intenta revelar algunos cambios que se hicieron en la curricula de estudios y cómo éstos repercutieron en los alumnos. Se puede cambiar la percepción de la realidad con una sola modificación? Se toma como punto de partida para el cambio la imposible necesidad de impedir el sinceramiento? Schellemberg es una realizadora aguerrida y contundente.
Palabras pendientes es un documental sobre la dictadura argentina. En su metraje se puede ver a la nueva camada de militares a punto de recibirse en el colegio militar mientras se interiorizan sobre el oscuro pasado de nuestra nación. Es un trabajo que toca algunos puntos interesantes, como el desconocimiento de las nuevas generaciones sobre esta época de tiranía; “los padres no estaban involucrados, no les toca muy de cerca o ni habían nacido”, en palabras de un profesor del colegio militar. En el colegio militar los alumnos estudian sobre los derechos humanos, estrategias, historia militar y reciben puntajes del 0 al 70 (la calificación en tiempos de facto). Un alumno se cuestiona sobre la anarquía, nunca vivió una y piensa que el mejor método para aprender sobre ella será leer libros del tema a fondo, otros dos fraternizan sobre sus comienzos y los miedos al comenzar la carrera militar, mientras un profesor expone que lo mejor es enseñar sobre los primeros golpes de Estado porque es mejor entender el comienzo para llegar a comprender la última dictadura “que todavía vivimos apasionadamente y no podemos analizar”. La voz en off de Andrea Schellemberg recita números de desaparecidos, nacidos en cautiverio, militares procesados y el final deja entrever que los responsables del terrorismo de estado son los que tienen PALABRAS PENDIENTES con la Nación Argentina.
Es un documental interesante que a través de las imágenes, testimonios y silencios y la cámara Andrea Schellemberg, va haciendo un recorrido y nos ilustra mostrando una época en el Colegio Militar, haciendo un seguimiento del dictado de las clases de Derechos Humanos, entre otros temas. Es un documental didáctico que nos sirve para conocer un poco mas de nuestra historia.
La disyuntiva continúa en ciertos ámbitos estatales: ¿Es necesario enseñar lo que hizo la última dictadura militar?, ¿para qué revolver el pasado?: ¿Sirve para algo develar lo ocurrido? Estos y otros cuestionamientos se realizan dentro de la estructura del Estado, y también en ámbitos particulares que no fueron tocados directamente por ese régimen. Aún, al día de hoy, hay muchos que prefieren no hablar de eso. Por tal motivo la directora de este documental, Andrea Schellemberg, cuya aspiración es que no haya cuentas pendientes con la sociedad argentina, se adentra en el Colegio Militar de la Nación autorizada por el Ministerio de Defensa y por los profesores, para presenciar las clases de historia y derecho, los entrenamientos y hasta filmar los exámenes orales. Además, logra entrevistar a algunos educadores y a los cadetes militares que están en el último año de instrucción. La realizadora relata, con voz en off el hilo conductor de su propio guión, sobre la enseñanza que se les realiza a los futuros militares, porque desde 2008, con una nueva reforma educativa, se resuelve agregar las materias de Derechos Humanos y Derecho Institucional como parte del plan de estudios del Colegio Militar. Lo que intenta dilucidar es si efectivamente, dentro de la institución, deciden acatar la ley y adecuarse a los nuevos tiempos o continúan con su tesitura de no innovar. La filmación comenzó en agosto de 2010, pero, pese a la resolución tomada por el Gobierno dos años antes, la institución continuaba callando su responsabilidad. Al alumnado no se le explicaba nada, ellos tenían la libertad de interiorizarse sobre la historia reciente, pero la mayoría, por lo menos en esos años, no tenían incorporado en sus conocimientos las palabras Genocidio y Exterminio. Es muy llamativo verlos titubear durante los exámenes ante estas preguntas de los alumnos próximos a recibirse como subtenientes del ejército. Como la mayoría de los profesores militares vivieron de un modo u otro el régimen dictatorial, se les hace muy difícil despegarse de ese hecho, son muy cuidadosos con los conceptos que vierten, no hablan a favor, pero tampoco lo repudian abiertamente. Hacen un delicado equilibrio, sobre una cuerda demasiado floja, porque no tiene ningún sustento y no quieren quedar mal con nadie. La idea principal es encapsular el tema para olvidarlo y seguir adelante. Porque el pasado no se dice, es preferible ocultarlo, silenciarlo. Y esa es una manera de enseñanza encubierta. Aunque desde el 2015, con los cambios de mando que hubo en el Ejército, finalmente se aceptó la modificación y comenzó a enseñarse los temas tabúes. Porque mientras haya gente dispuesta a mantener viva la historia reciente, va a haber otra, que, a través de algún medio, va a estar interesada en retratarla, como, por ejemplo, en este documental.