Papás a la Fuerza de Walt Becker y traída de la mano de Disney cuenta la historia de dos ejecutivos amigos de toda la vida, Charlie (John Travolta), un solterón empedernido, y Dan (Robin Williams) un hombre mucho más tranquilo, pero que carga con los recuerdos de una noche de fiesta, la cual Charlie siempre recuerda para romper el hielo en las charlas de negocios. Un día, Dan descubre que como consecuencia de esa noche de fiesta tiene dos hijos, y debe hacerse cargo de ellos por dos semanas, mientras trata de cerrar el negocio más importante de su carrera.
Si bien la historia no es para nada original, de hecho, ya vimos a Williams en cintas que hablan acerca de la paternidad (Papa Por Siempre, Hook, entre otras) la pareja con Travolta y la promesa de Disney de acercarse al viejo cine que nos tenía acostumbrado (recordemos la muy reciente vuelta a la animación 2-D de la mano de La Princesa y el Sapo) eran tentadores. El resultado, una gran decepción.
Si bien uno tiende a ser menos riguroso a la hora de analizar un film infantil porque esta pensando para una lectura sencilla, es inevitable no ver severos errores en el film y escenas que tal vez no sean el mejor ejemplo para los más chicos. Ciertos detalles como la descripción de los asiaticos y latinos en la película pueden, incluso, resultar agresivos e indignantes. Pero la mayor falla no es sino, la más elemental para un film de este estilo, aburre. Los gags son pocos, muy pobres y todos ya vistos en numerosas oportunidades, y pese a los nombres del reparto, ni siquiera están bien ejecutados. Si bien el tema de la paternidad es lo central, los chicos aparecen poco y nada, no logran captar la atención del espectador y uno no se encariña con ellos. El tiempo que pasan Travolta y Williams en pantalla no atrapa ni hace reír lo suficiente, están claramente desperdiciados ambos. El personaje del difunto Bernie Mac pasa sin pena ni gloria, Matt Dillon y Justin Long son increíblemente desaprovechados, al punto de que sus escenas podrían no estar y el resultado del film hubiera sido el mismo y Seth Green esta claramente de más, aunque logre robar una sonrisa cerca de final del film.
A la hora de resaltar los puntos positivos, Travolta se muestra fresco. Eso es todo. Un traspié que esperemos olvidar pronto en la carrera de John, de Robin, dos “viejos” talentosos que nos han sabido emocionar y hacer reír numerosas veces a lo largo de su carrera.