Mujer soltera busca
Teresa (Margarete Tiesel) es una mujer austríaca, que ronda los 50 años, y va a pasar sus vacaciones a un resort en Kenia, donde conoce a otras mujeres como ella: aburridas, decepcionadas y solas.
Animada por sus compañeras, Teresa comienza a salir con algunos jóvenes del lugar, y pronto se da cuenta de que allí nada es gratis. El amor que tanto espera no va a encontrarlo en esas playas pero, en cambio, puede conseguir buen sexo si accede a pagar por él.
Cuando Teresa comprende la realidad del lugar intenta divertirse como el resto de sus nuevas amigas -quienes no tienen reparos en tratar a esos jóvenes como juguetes sexuales- pero
aparentemente eso no es suficiente para ella.
La película es cruda, muestra con detalles las miserias de sus personajes, la humillación, el egoísmo, y la resignación de ambas partes. La de las mujeres que se han resignado a su soledad e intentan suplirla divirtiéndose, y la de los jóvenes locales que acosan con desesperación a los turistas para venderles lo que sea, hasta a ellos mismos.
Es algo realmente triste de ver ese intercambio aceptado por ambas partes, como también esa especie de colonialismo actual donde cada uno está en su lugar; los turistas en el resort, y los lugareños detrás de la soga que divide la playa.
El amor no se puede comprar, y el dolor de no conseguirlo tampoco puede taparse con sexo.