Muy temprano Alejo sube a la terraza de un viejo edificio en el centro de la ciudad. Lleva los materiales necesarios para aislarse a escribir. Carga algunas fotos e imágenes, música y muchos papeles y esquemas sobre lo que será su Obra. Su obsesión es "Tabaquería", un poema del portugués Fernando Pessoa. Varios personajes invaden la cabeza de Alejo: una mujer condenada al deseo; un viejo taxista escritor; un adúltero y su amante, vieja pianista aristocrática; un técnico electrónico y su padre cantor de tangos.