Del mito al relato Otra triste página de la historia política argentina y el mismo pedido de justicia y no olvido encuentra en esta experiencia de los alumnos de la Escuela de Educación Media Nº15, “Vicente Sierra”, un trabajo de investigación para reconstruir el pasado, pero más precisamente la reivindicación de la lucha armada que tras el embate del terrorismo de estado arrojara como resultado un tendal de muertes y violencia que encontraron su territorio y su espacio simbólico. En este caso, la Masacre de Pasco, donde fueron dinamitados ocho militantes del peronismo revolucionario como parte de un plan sistemático que terminó con más violencia, muertes y desapariciones forzadas años después. Resulta interesante el planteo inicial desde la deconstrucción de la palabra “mito urbano” para reflexionar sobre los mecanismos de memoria y negación cuando aún persiste el miedo, o simplemente la no necesidad de recordar. Quienes sí recuerdan son aquellos que brindan sus testimonios a cámara y que toman contacto directo con los alumnos, quienes intentan entender y aprender una parte de la historia que les resulta inquietante, dolorosa, al descubrir relatos que dan cuenta de una historia argentina plagada de odios, con poca memoria y escasos recursos para encontrar justicia en las instituciones.
Recuperando identidades Cerrar un ciclo en Lomas de Zamora, una historia inconclusa que merecía palabras de verdad. Los encargados de relatarnos la historia de este documental son los alumnos de la Escuela Secundaria Nº15, Vicente Sierra, que reemplazaron los "mitos urbanos" del barrio por una oscura verdad desconocida. Un proyecto que se convirtió en realidad y otorga un reconocimiento a los desaparecidos. Pasco. Avanzar más allá de la muerte (2019) es un documental dirigido y guionado por Martín Sabio sobre la investigación del libro "Masacre de Pasco" de Patricia Miriam Rodríguez. El 21 de marzo de 1975 la Triple A secuestra, tortura y fusila a militantes populares del barrio San José de Temperley. Este hecho traumático se conoce como la Masacre de Pasco y forma parte de una terrorífica sala de ensayo que preanuncia el Terrorismo de Estado. En noviembre de 1974 se impuso el estado de sitio, cuyos objetivos fueron desarmar la organización territorial, paralizando y desacreditando la participación a través del miedo, y golpeando fuertemente un espacio del peronismo revolucionario que había logrado una importante legitimación a nivel institucional en Lomas de Zamora. El film comienza con un travelling del movimiento en la calle, connotando un avance. Es un acierto la no interacción del director, eligiendo emocionarnos con los relatos junto a los chicos, sentir con ellos su indignación, respetando así el silencio adecuado para transmitir el mensaje, generando la empatía de los alumnos y la nuestra. La música acompaña las emociones. Este trabajo, narrado desde el joven punto de vista de alumnos, propone reconstruir sucesos enmarcados en un proceso de memoria-reflexión, que se fusionan con subjetividades del presente. El director genera un clima de comunidad, recorriendo el barrio y golpeando puertas en búsqueda de respuestas. De esta manera, el silencio se transforma en un alivio para los testigos que no tuvieron la oportunidad de hablar antes. Los alumnos caminan el barrio y los testimonios son de familiares, docentes y vecinos. La cámara los acompaña en movimiento, o con planos fijos, entrando a hogares como un alumno más, incluyéndonos así en la investigación. La escuela se convierte en un espacio pleno de afecto y contención, transitamos junto a los chicos un proceso favorable de cambio durante el desarrollo con su apertura, curiosidad y compromiso. Cabe destacar que en ciertos tramos resulta muy duro escuchar a los familiares, al recordar y revivir esos tristes episodios. Llama la atención que aún en el 2019 persistan voces censuradas de casos nunca revelados por miedo y por otra parte, ese espíritu de resistencia que no cede, al no someterse a un pensamiento tiránico. Otorgarle voz a un vecino traumatizado por ser testigo de una situación tan violenta e injusta, pase el tiempo que pase, es recuperar la memoria de los desaparecidos, un ejemplo a seguir y un avance para generar una reflexión propia, más allá de la que nos quieran imponer…incluso en tiempos de democracia.
Un documental dirigido por Martin Sabio (también el guionista) y Patricia Miriam Rodríguez, basado en su libro y a cargo de la investigación. Lo que muestra este documental es el trabajo de los alumnos adolescente de la escuela 15 del barrio San José Obrero de Temperley con un hecho que marco a los vecinos del lugar conocido como “La masacre de Pasco”. Fue la persecución, tortura y muerte de ocho integrantes de la Juventud Peronist y Montonero, ejecutados por la Triple A. Y que fue considerado como un siniestro “ensayo” de la represión posterior al golpe militar. Lo que hacen los alumnos es investigar con la memoria de familiares, amigos, hijos de la víctimas para reconstruir lo que ocurrió, despojarlo de datos que pertenecen más al imaginario y recordar toda una época de militancia, con una posición muy definida.
La idea de que un grupo de alumnos esté a cargo de recoger los testimonios necesarios para la reconstrucción de la trágica historia que está en el centro de este documental lo dota de una frescura loable. Con esos relatos pormenorizados y material de archivo, se arma el rompecabezas de la masacre de Pasco, que dejó una profunda cicatriz en el sur del conurbano. En 1975, jóvenes militantes peronistas fueron secuestrados y asesinados en Lomas de Zamora por un comando de la Triple A que luego dinamitó los cuerpos para no dejar rastros. Este caso de persecución política es presentado por Mariano Sabio como un claro prolegómeno de aquella metodología represiva.
Revisitar el pasado más oscuro de nuestra historia sigue siendo revelador, más cuando persisten voces que nunca pudieron hablar ni gritar su verdad. Martín Sabio logra narrar su propuesta con paso firme y seguro sin perder nunca la meta del documental.
Crítica de “Pasco: Avanzar Más Allá de la Muerte” de Martín Sabio y Patricia Miriam Un documental sobre el secuestro, tortura y fusilamiento de ocho militantes populares de Lomas de Zamora en la denominada “Masacre de Pasco”. Por Bruno Calabrese. Realizado por Martín Sabio y Patricia Miriam Rodríguez, con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y junto a estudiantes de la escuela Media n°15 de San José, en Temperley. El proyecto audiovisual pone en primera persona los relatos de familiares y sobrevivientes de la tragedia ocurrida el 21 de septiembre de 1975. Hace 44 años, la Triple A secuestró, torturó y asesinó a ocho militantes populares del barrio San José de Temperley, en lo que puede considerase un terrorífico episodio y ensayo que preanuncia el llamado Terrorismo de Estado. Los objetivos de esta organización parapolicial fue desarmar la organización territorial, paralizando y desacreditando la participación a través del miedo, y golpeando fuertemente un espacio del peronismo revolucionario que había logrado una importante legitimación a nivel institucional en Lomas de Zamora. La masacre de Pasco es otra triste página de la historia política argentina, que encuentra en esta experiencia el mismo pedido de justicia y no olvido. Los estudiantes usan este trabajo de investigación como una herramienta para reconstruir el pasado, pero más precisamente la reivindicación de la lucha que tras el embate del terrorismo de estado arrojara como resultado un tendal de muertes y violencia. A partir de la investigación por parte de los jóvenes de la palabra “mito urbano” comienza una espacio que sirve para reflexionar sobre los mecanismos de memoria y negación cuando aún persiste el miedo. Pero los tiempos cambiaron y el recuerdo de aquellos que brindan sus testimonios a cámara en contacto con los estudiantes, obliga a estos a acercarse a la historia de una Argentina llena de odios, una etapa oscura. La película funciona como un relato en primera persona de un pasado que no tiene que volver y al que le debemos pedir justicia por parte de las instituciones. Puntaje: 65/100
Reconstrucción de una masacre olvidada A partir de una investigación de Patricia Miriam Rodríguez, la película recurre a la memoria popular y a la reconstrucción a cargo de jóvenes del barrio. La del 21 de marzo de 1975 no fue una noche cualquiera en el barrio San José de Temperley. Si bien las calles estaban vacías por el magnetismo de un partido televisado de Independiente por la Copa Libertadores, aún hoy algunos vecinos recuerdan las ráfagas de ametralladoras que tajearon el silencio nocturno como nunca antes. Así y todo, la mayoría no asomó ni la nariz, creyendo la versión que unos policías les habían dado unos minutos antes según la cual se trataba de un operativo para detener a un grupo de delincuentes que venía escapando a bordo de un auto. Pero aquellas balas, en realidad, no pertenecían a la Policía Bonaerense sino a la Triple A, y los destinatarios, lejos de ser delincuentes, eran ocho militantes de la Juventud Peronista llevados allí a bordo de los temibles Ford Falcon luego de ser secuestrados en distintos puntos de la zona. Como si fusilarlos maniatados y con los ojos vendados no hubiera sido suficiente, los paramilitares apilaron los cuerpos y los dinamitaron dos veces, para rematar la faena colocando en la cima de esa montaña de muerte una bandera con la leyenda “fuimos Montoneros, fuimos del ERP”. Años después, esa secuencia de hechos, preludio sintomático de lo que ocurriría desde el 24 de marzo de 1976, se llamó “La masacre de Pasco”, de cuya reconstrucción se encarga el documental Pasco, avanzar más allá de la muerte, que se verá desde hoy en el cine Gaumont de la Ciudad de Buenos Aires. Lo de reconstrucción es literal. Todo comienza con el planteo de una docente a un grupo de alumnos de la Escuela de Educación Media Nº 15, ubicado en pleno corazón del barrio, para que aborden ese suceso histórico, uno de los primeros puntos negros del partido de Lomas de Zamora relacionados con la puesta del aparato estatal al servicio de la desaparición forzada y asesinato de personas. El problema es que la información oficial tiende a cero, por lo que los chicos deberán salir a patear la calle para recolectar testimonios de vecinos, familiares de las víctimas y referentes de los Derechos Humanos, entre ellos el del abogado Pablo Llonto, quien con proverbial paciencia explica a los alumnos qué pasó y cuál es la importancia histórica del hecho. Los vecinos, en cambio, coinciden en que se trata apenas un recuerdo lejano. A lo sumo, en sus memorias perduran el sonido de las balas o el haber escuchado algo al pasar sobre el tema. De allí, entonces, que los datos se contradigan o complementen, obligando a los chicos a completar un rompecabezas complejo y con varias piezas faltantes. No por difícil el desafío resulta poco interesante para ellos, tal como demuestran las miradas atentas y la agilidad para la repregunta. El director Martín Sabio, que se basó en el libro escrito por la historiadora e investigadora Patricia Miriam Rodríguez, prescinde de imágenes de archivo y, a cambio, se focaliza en la experiencia de absorción de esos chicos que, conociendo esa historia, conocen una parte de la suya. Una última parte centrada en otra masacre más cercana en el tiempo, la de la estación Avellaneda de 2002 que terminó con los asesinatos de los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, propone un paralelismo entre dos situaciones que, aunque paradigmáticas de la violencia estatal, sucedieron en contextos sociales y políticos imposibles de comparar. Pero a Pasco, avanzar más allá de la muerte le interesa menos lo bibliográfico que cómo lo ocurrido se transmitió de generación en generación, funcionando al mismo tiempo como linterna que ilumina el pasado y como registro de la construcción de una memoria activa, participativa y colectiva.
El período que le tocó gobernar a "Isabelita" no fue un lecho de rosas. El tercer gobierno de Perón estuvo marcado a fuego por ciertos grupos radicalizados que, empleando la violencia y armas de fuego, pretendía torcer el destino del país. Ni el General, ni su esposa pudieron con ellos. Los Montoneros y el E.R.P se oponían al gobierno y sus prácticas estaban fuera de la ley. Las de La triple A, también. Ambos bandos eran enemigos y actuaban en consecuencia. Dentro de este contexto convulsionado se generó un caldo de cultivo muy espeso que propició el golpe militar de 1976. Con un clima de ebullición política permanente había muchas personas que, idealizando la revolución cubana, quisieron hacer algo similar y comenzaron a militar en diferentes agrupaciones peronistas. Este documental hace referencia a un hecho ocurrido en el partido de Lomas de Zamora durante 1975, en el que secuestran, torturan, asesinan y dinamitan a ocho militantes perseguidos luego de una protesta en la avenida Pasco, localidad bonaerense de Temperley. La Masacre de Pasco fue silenciada por años. Pero, gracias al trabajo de Patricia Miriam Rodríguez, que publicó un libro al respecto, se hizo esta película que la dirigió Martín Sabio. Aquí, con una buena idea de otorgarles el poder para que hagan la investigación sobre los crímenes a un grupo de alumnos de un colegio vecino, se conoce la historia. Pero el alumnado no está sólo en esta misión, sino que cuenta para este menester con las directivas de la profesora Gabriela Caputi, donde consigue guiarlos, estimularlos e inspirarlos para que salgan a la calle y averigüen sobre lo sucedido hace más de 40 años. Durante el desarrollo del proyecto escolar, la cámara sigue a todos lados a los estudiantes. Logran recabar un sinnúmero de testimonios de personas que fueron víctimas del Terrorismo de Estado, como así también de testigos del barrio, familiares, amigos y asimismo de integrantes de los Montoneros que, como es su costumbre, no muestran signos de arrepentimiento, sino que se consideran héroes y exhiben su orgullo de haber estado armados realizando actividades ilícitas, siendo civiles. Además de las declaraciones, se sustenta la crónica con fotos de la época, y un dibujante que ilustra cada hecho con tinta negra sobre una hoja blanca Técnicamente es un documental clásico. Con un par de melodías que suenan en los momentos que el director considera oportuno para resaltar el dramatismo que trasciende la pantalla. La única mancha es la disparidad de planos sonoros que dificulta y en algunas ocasiones, mucho, la audición de los relatos. Una historia más de las tragedias argentinas, en la que cada vez que se descubre algo turbio, cuando se lo aprieta, sale pus. Que no puede sanarse, pero genera un cierto alivio cuando se esclarece.
MUCHO MÁS QUE UN MITO Cuando de la última dictadura cívico militar se habla, siempre se suman nuevas historias. En este caso, aparece la reconstrucción de la Masacre de Pasco, que ocurre un año antes del gobierno de facto, pero en una clara sintonía con sus intenciones políticas. El film explora diferentes testimonios de personas que por estar en el lugar ese día o ser familiares directos se vieron involucradas en este episodio trágico. Pero paralelo a esto presenta a un grupo de jóvenes y su profesora, quienes son los encargados de unir las piezas de aquello que para ellos empezó siendo un mito. Pasco, avanzar más allá de la muerte realiza un nuevo aporte para conocer mejor nuestro pasado y construir nuestro presente desde la memoria. Se trabaja como tema principal La masacre de Pasco y como subtema, la propuesta escolar de una docente que involucra a los estudiantes en el aprendizaje mediante un proyecto. Vemos en la película cómo desde el trabajo con los mitos urbanos surge la necesidad de seguir explorando ciertas anécdotas que se escuchaban en el barrio. Así es como estos estudiantes empiezan a buscar respuestas. La investigación da lugar a la aparición de varios testimonios de personas que contaron anécdotas de la época. En el transcurso de ese proyecto los estudiantes van descubriendo cómo esos relatos que parecían tener poco eco siguen retumbando en muchos de los pobladores del lugar, reconstruyendo la historia de ese día trágico, del que poco se sabía o bien eran aisladas las historias por contar. Varios de los entrevistados reviven junto con el diálogo aquellos momentos de angustia, muchos buscando respuestas o la oportunidad para hablarlo un poco. La historia se va construyendo así a partir de lo vivido por los habitantes del barrio. La película constituye un documento más para poder entender nuestra historia. Pero además, conmueve al exponer cómo la juventud, estos estudiantes, llevan adelante la investigación. Aunque el trabajo empieza siendo una tarea escolar, se puede ver cómo cada uno de ellos empieza a involucrarse con la temática e incluso fortaleciendo el vínculo entre ellos.
Registro documental argentino que reconstruye colectivamente “La masacre de Pasco” bajo la memoria silenciosa de un barrio, que será interpelado por un grupo de jóvenes, en busca de visibilizar la identidad de les militantes asesinados. El realizador logra narrar esta historia a través de la mirada subjetiva de un grupo de alumnos y alumnas de la Escuela de Educación Media Nº15, ubicada en el barrio San José de Temperley. Estos jóvenes, motivados por su profesora, trasladan el aula a las calles y repasan los sucesos acaecidos hace 44 años, un 21 de septiembre de 1975, en el que ocho jóvenes militantes populares fueron secuestrados, torturados y fusilados en las calles de su barrio. La secuencia de comienzo ya nos mete de lleno en el relato con un plano detalle del velocímetro de un vehículo setentista, que acelera lentamente y con sonido amenazante, seguido por un plano desde el auto en movimiento que observa a una mujer que va caminando por la vereda y nos da la sensación de que la estamos persiguiendo secretamente; es claro que no necesitamos nada más para entender qué significa eso en nuestro país. Luego, una voice-over femenina nos introduce en la historia propiamente dicha. Si bien es un inicio fuerte y con una clara propuesta de síntesis, hace un poco de ruido que su presentación se haga desde la posición del “antagonista” debido a que, posteriormente, todo el film es reconstruido desde el punto de vista de militantes, vecines y familiares de las víctimas de la masacre. Desde lo formal, la película (que sigue la investigación de Patricia Rodriguez para su libro Masacre de Pasco) se apoya en el uso de material de archivo personal, sumado a dramatizaciones de escenas de la época, recortes periodísticos, ilustraciones y testimonios en primera persona, ordenados bajo la pesquisa nacida en el aula del grupo de alumnos y alumnas que parecen necesitar recabar datos certeros para desenmascarar lo que en un principio denominan “mitos urbanos”. El impecable trabajo de secuencias de montaje que entrelazan los tiempos y espacios del film connotan, en la narración audiovisual, un pasado que sobrevuela en el aire de un presente donde les alumnes, narradores de la historia, se ven atravesados por la crudeza de los relatos pero más por sus lagunas de “no vi nada”, “no recuerdo”, “no escuché”. La construcción de estos vacíos son entregados a les espectadores por silencios abruptos que retumban en el montaje evidenciando la no visibilización de los propios testigos, familiares y sobrevivientes de la masacre denotando la dificultad física de poner hoy en palabras lo no dicho desde aquel entonces. El documental consigue darle vida a les militantes desde su identidad como hijes, madres, padres, hermanes, amigues, personas. Humanizando el relato a través de la escucha, herramienta fundamental para la reconstrucción de la historia argentina que vuelve a poner en valor lo que significa, para la sociedad, la memoria. Pasco, avanzar más allá de la muerte visibiliza la historia de “la masacre de Pasco” a través de un grupo de alumnes impulsados por hacer caer mitos. Y lo consiguen en palabras que resucitan de gargantas silenciadas por el miedo.
Esta contada a través de la mirada de sus intérpretes, un grupo de alumnos y docentes de la Escuela de Educación Media Nº15, “Vicente Sierra” que reconstruyen los terribles momentos que vivieron varias personas en el barrio San José de Temperley, conocida como “la masacre de Pasco”. Van buscando datos de esa época, distintas personas ofrecen sus recuerdos y conocimientos, hechos que aun siguen siendo traumáticos e invadidos por el silencio. Quienes dialogan a través de la cámara son dominados por la emoción, el dolor y sus ideas. Todo se va entremezclando con diarios y fotos, entre otros elementos. Para mantener viva la memoria y reflexionar. Un merecido reconocimiento a aquellos luchadores y a quienes realizaron el mural que ilustra el hecho.
“Masacre de Pasco” rescata, fundamentalmente, la idea de la militancia en los barrios. El director, Martín Sabio, sobre su propio guion realizado en basa la investigación de Patricia Miriam Rodríguez, conoce esta historia a través de un compilado de testimonios, con la intención de llevarlo al formato audiovisual a través de los diferentes ejes que el libro abarca. Su intención es contar una cronología de lo que fue la noche de la masacre, visibilizando las responsabilidades políticas. Se ubica en el año 1975, en tiempos de los crímenes de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), un año antes del golpe de estado, en marzo del ‘76. El 21 de marzo de 1975, en Lomas de Zamora, la Triple A asesina a 8 integrantes de la juventud peronista, en la que se llamó la ‘Masacre de Pasco’. En 1974, el distrito era uno de los pocos donde la intendencia era manejada por la izquierda peronista, encabezada por la JP; por ello, era un objetivo de la derecha del partido. La escritora del libro era docente de la escuela donde ocurrió la masacre y realiza una investigación colectiva, a través de diferentes voces, que irán repercutiendo en una obra que toma testimonios de los miembros de esta emblemática escuela del barrio, atravesada forma tangencial porque muchos de los hijos de las víctimas, secuestradas y asesinadas en la localidad lindante de Quilmes, asistían allí. Más de cuarenta años después, este ejercicio audiovisual representa la primera vez que, en ese lugar, una voz de denuncia se alza sobre aquello que fue acallado, valientemente nombrando los responsables y apoyándose en la palabra de aquellos testigos de este tiempo profano, violento y revolucionario; en búsqueda de un camino sanador que rescate la memoria, hacia un camino de verdad y justicia. Reconstruyendo los rastros de un crimen impune, se hace eco sobre lo que vienen sosteniendo y militando tanto familiares como sobrevivientes de la época, por décadas. “Pasco, más allá de la muerte” es una loable forma de conmemorar y conciliar un pasado trágico.