A casi 20 años de Tonto y Retonto es indiscutible que los hermanos Farrelly le cambiaron la cara a la comedia. La revolución Farrelly estaba en esa estupidez y escatología extremas, sí, pero también en darles a personajes siempre relegados (sobre todo a los discapacitados) una igualdad inusitada en el trato cinematográfico. La comedia americana volvió a cambiar, Apatow mediante, y los Farrelly parecen tratar de adaptarse a estos nuevos tiempos. Pase libre queda a mitad de camino entre ese universo tan personal de los cineastas y un –cada vez más común en Hollywood- mundo de adultos en crisis por no poder abandonar la adolescencia. En esos grandes chistes sobre heces, sexo oral, marihuana, piropos de levante y, sobre todo, muchas colas y pechos, los Farrelly demuestran que, aún saliendo del lugar en el que suelen moverse, la comedia siempre estará en la naturaleza de los cineastas.