Permitidos

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El sueño que es una pesadilla

Todo cambia de sentido cuando lo que surgió en una forma fortuita se convierte en realidad.

Aquel que se imagine que "Permitidos" sirve para replantearse la libertad sexual en la pareja está minimizando el abanico temático que dispara la última película de Ariel Winograd. Sin ser una obra maestra del séptimo arte, el filme protagonizado por Lali Espósito (Camila) y Martín Piroyansky (Mateo) plantea cómo desde una situación insignificante se puede llegar a algo que cambie radicalmente la vida de una persona y de una pareja. Todo comienza cuando en una charla de amigos alguien plantea cuál sería el "permitido" de cada uno, o sea esa persona tan irresistible e inalcanzable que si te diera el sí, tu novia o novio no tendría derecho a reclamar nada. Mateo afirma que su elegida es Zoe del Río (Liz Solari) y Camila, casi obligada, indicará a Joaquín Santos (Benjamín Vicuña). Todo cambia de sentido cuando lo que surgió en una forma fortuita se convierte en realidad. Planteado como comedia, los protagonistas viven momentos dramáticos cuando quien era el amor de su vida duerme con una estrella. En ese quiebre, Winograd encontrará el hueco para hablar de las miserias de las redes sociales y el universo mediático, del poder de la televisión, de los doctores truchos (impecable rol de Pablo Rago); del fanatismo desmedido de algunos líderes de los clubes de fans; de la extravagancia de los actores y la falta de valores de los que se dicen artistas. Para reírse y charlar de todo esto a la salida del cine.