Las máscaras de Capusotto invitan al desparpajo. Y en este filme el humor profundiza su costado ideológico, en una línea de continuidad con el formato televisivo “Peter Capusotto y sus videos”. Aprovechando las ventajas tecnológicas del 3D, la película exhibe un mensaje “filomarxista” contra el mundo del entretenimiento. Así, a partir de Violencia Rivas, se dispara un relato contra la TV, internet, las redes sociales y los videojuegos. Eso da paso a la participación de Bombita Rodríguez, Jesús de Laferrere, Micky Vainilla y nuevos personajes, como un jefe de gobierno muy al estilo Macri o un grupo de amigos fascinados por el chat, que generan el mejor momento de la película. El 3D, utilizado en la sintonía de la estética bizarra de Capusotto, sirvió para demostrar que el ingenio de la dupla con Saborido parece inagotable.