En la sección «Mar de chicos y chicas» del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se exhibe la última película de Guillermo del Toro y Mark Gustafson, una nueva versión de Pinocho animada (stop – motion) y bastante musical que resulta espectacular de ver en la pantalla grande. Las voces de los personajes principales están interpretadas por Gregory Mann, David Bradley, Ewan Mc Gregor, Ron Perlman, Cate Blanchett y Finn Wolfhard, entre otros.
El punto de partida de Pinocho es la pérdida, un tema al cual Del Toro recurre con crudeza y con tintes reflexivos en el largometraje. Gepetto perdió a su hijo Carlo durante la gran guerra cuando el niño tenía apenas diez años. Su depresión fue tan grande que los espíritus del bosque decidieron darle vida al muñeco de madera que él realizó con sus propias manos y que no tarda en transformarse en un ser que Gepetto quiere y protege con todo su corazón. A lo largo de las casi dos horas de duración del filme, Pinocho vive decenas de aventuras y momentos de extremo peligro. De ser tragado por un monstruo de mar gigante, formarse como soldado para ir a la guerra y ser víctima de disparos efectuados por un regordete y caricaturesco Mussolini. El nivel de creatividad de Del Toro no encuentra límites y aquí lo vuelve a demostrar. Las vueltas de este relato tan mágico como imprevisible atrapan al espectador desde un primer momento. Los vínculos que este pequeño juguete de gran corazón y desafiante personalidad construye son entrañables y conmovedores.
Desde lo técnico Pinocho es impecable, el diseño de arte, y los rubros técnicos son de gran nivel. La música de Alexandre Désplat, compositor que trabajó con Del Toro en «La forma del agua», es conmovedora y acompaña los diversos climas que recorre la película. Si bien este filme se presenta en la sección «infantil» del festival, es una producción que por su mensaje, profundidad y estructura está destinada también al público adulto.
Retomando la idea de la pérdida, Del Toro permite reflexionar sobre cuan valioso es seguir adelante cuando se pierde a un ser querido y lo que implica renunciar a cuestiones personales para poder acompañar y estar presente durante el tiempo de vida que le queda al otro: Pinnochio es inmortal pero nadie alrededor suyo lo es.
Esta versión de Pinocho será recordada por su valioso mensaje, el gran nivel de su producción y el encanto que transmite al público. Una película tan emocionante y singular.