Hoy tus alas se queman al sol
Siempre frente a una película como Plumíferos (2010) afloran sentimientos encontrados: por un lado está la obligación de juzgar el producto tal cual nos llega a los espectadores y por el otro tenemos la clásica -y nunca bien ponderada- “decepción cinéfila”. No importa el número de films consumidos, uno se aferra a la esperanza loca de que en algún momento el cúmulo de apellidos detrás del proyecto genere algo que podamos clasificar como “una gran realización de la animación mainstream nacional”. Pero no hay caso, nada más lejos...
Nuevamente Telefé ha financiado un engendro que pretende captar a los niños y los curiosos circunstanciales que deseen chequear el estado del cine televisivo local, en esta Pampa lo más cercano a una “industria del espectáculo” (como las productoras no pueden sostener el gasto casi siempre deben recurrir a los canales de aire). Si encima sumamos el infaltable subsidio del INCAA nos damos cuenta de la cantidad de recursos y esfuerzo que se desperdician en bodrios vergonzosos, que a lo sumo durarán dos semanas en cartel...
¿Cómo describir la mediocridad llevada al extremo de la más penosa incomodidad? El nivel de la animación nos retrotrae a principios de los ’90, cuando se estaban dando los primeros pasos en el 3D y los CGI en general: los fondos son paupérrimos, los personajes parecen incompletos y las secuencias de acción causan risa. Plumíferos aparentemente está hecha con “software libre” pero en sí no había ninguna necesidad, bien se podría haber realizado mediante técnicas tradicionales para evitar caer en semejante despropósito...
Sin embargo los factores que más molestan son el guión (increíblemente estúpido) y las voces (carentes de toda profesionalidad y buen gusto). La “historia”, si acaso la podemos llamar así, recorre el tópico “protagonista engreído se une a coprotagonista insegura”, moraleja de auto- aceptación incluida. Juan, un gorrión manchado con pintura, afirma ser un “pájaro exótico” al tiempo que se enamora de Feifi, un canario hembra fugitivo “propiedad” de un magnate. Los chicos se aburren porque estas alas se queman al sol...
Con la ayuda de sus amigos, una paloma y un colibrí, Juan por supuesto deberá rescatar a su amor cuando el villano de turno dé con ella. La participación de Mariano Martínez, Luisana Lopilato, Carla Peterson y demás miembros del elenco es por lo menos lamentable, no tanto por culpa de ellos sino por la no- dirección de Daniel De Felippo, responsable de la también patética Los Superagentes, nueva generación (2008). El diseño está calcado de la fallida aunque infinitamente superior Valiant (2005): aquí ya ni originalidad nos queda...