Los pokémones con los que crecimos en nuestra infancia cobran vida en Pokémon: Detective Pikachu. La nueva apuesta de Warner Bros apunta directamente a los más nostálgicos y, como combo, cuenta con el carismático Ryan Reynolds.
Desde las ya estrenadas La bella y la bestia, Christopher Robin: un reencuentro inolvidable y Dumbo, hasta las próximas a estrenar Sonic, El rey león y Aladdin, no cabe duda de que las grandes compañías están apostando a la nostalgia del público adulto. Pokémon: Detective Pikachu, claramente, no es la excepción a esta regla. Al igual que las anteriores mencionadas, también se apuesta a un live action. Si bien las pertenecientes a Disney logran emocionar a los más grandes y atrapar a los más pequeños, ésta está dirigida para aquellos que crecieron con las aventuras de Ash Ketchum (aunque este no sea tema en esta entrega).
La película se centra en Tim Goodman (Justice Smith), un adolescente que, tras la muerte de su madre cuando era sólo un niño, se mantiene alejado por completo de todo lo relacionado con los pokémones. Todo eso cambia cuando su padre -con quien no mantiene contacto desde hace un largo tiempo- desaparece de la faz de la Tierra. Es ahí cuando el joven viaja a Ryme City, un lugar donde los pokémones son libres y conviven junto a los humanos, para averiguar dónde está su progenitor.
Durante esta aventura se topa con un misterioso Pikachu (al cual el carismático Ryan Reynolds le pone la voz) que padece de amnesia y que, al parecer, era el compañero del detective privado Harry Goodman. Ambos, junto con la compañía de una joven periodista y su Psyduck, comenzarán a develar los secretos que se esconden tras la desaparición del padre de Tim. En sus andanzas se toparán con algunos de los pokémones más entrañables como Jigglypuff, Charizard, Bulbasaur, Squirtle, Cubone, etc.
El fuerte de Pokémon: Detective Pikachu es, sin lugar a dudas, el buen uso del CGI. Cada detalle de cada pokémon logró ser copiado de manera exacta a como se nos mostraba en el dibujo animado. La película nos transporta de manera directa a un mundo donde convivir, trabajar e incluso tener como amigos a estos monstruos es algo completamente factible.
Pese a tener todos los elementos para ser una película infantil, quienes más disfrutarán de esta película serán los adultos nostálgicos. Con todas las generaciones habidas y por haber de Pokémon, los más chicos -que hayan visto las generaciones más actuales- se sentirán algo decepcionados y alejados de este mundo, ya que no cuenta con las cientos de criaturas nuevas. Por su parte, los adultos que crecieron junto a este animé, reconocerán enseguida a todos (o casi todos) estos “monstruos de bolsillo” con los que pasaron parte de su infancia.
Los giros argumentales que se plantean a lo largo de la trama son fáciles de anticipar. El último de estos, además, le quita parte de sentido a la historia que se venía planteando. Finalmente da como resultado una trama con algún que otro cabo suelto. Aun así, Pokémon: Detective Pikachu es una película entretenida para pasar el rato y regresar por un instante (en el caso de ser adulto) a la infancia: allí donde deseábamos tener uno de estos compañeros y/o ser entrenadores pokémon.