Otra superproducción para el olvido.
La mítica ciudad de Pompeya es reconocida por haber quedado devastada tras la erupción volcánica del Monte Vesubio allá por el 79 d.C. en la época de la Antigua Roma. Lo que en esta oportunidad hace Hollywood es tomar la famosa historia para -entre lo épico, el romance y la acción- concretar otra de sus superproducciones.
El inconveniente de Pompeii, del mediocre realizador Paul W.S. Anderson, es que semejante despliegue y colage de impactantes imágenes nunca llega a imponer un relato interesante y de tinte atrapante. Por el contrario, la trivial historia del humilde gladiador que tendrá que enfrentarse al Imperio para salvar a la mujer de la está enamorado nunca adquiere los matices necesarios para que el film sea algo más que una obra intrascendente.