Lo mejor y lo peor puede pasar en una fiesta que se proyectó como para 50 personas y concurrieron 1.500. Todo se sale de cauce y lo que en un momento parece divertido termina siendo dramático. El filme, del mismo productor de "Qué pasó ayer", tiene puntos de contacto con "Súpercool", en la que lo más importante es el alcohol y la diversión a cualquier costo. Con el menú de sexo, drogas y baile hasta el amanecer, tres amigos coordinan hacer una megareunión para festejar los 18 años del bonachón de Thomas. La casa de sus padres, con piscina y Mercedes Benz, está disponible el fin de semana y hay piedra libre. El objetivo de los amigos es ser populares, aunque el caos los fagocite. Filmada con cámara en mano, la película deja una reflexión en el diálogo final entre padre e hijo, que permite ver lo patética que es nuestra sociedad de consumo y el desfasaje de los valores.