Una ofrenda para melómanos.
Todos aquellos que nos hemos topado con aquel pequeño film de John Carney intitulado Once (2006), siempre recordaremos la química de la pareja central, la estética naturalista y la excelente calidad de las canciones que acompañaban a la historia. Hoy por hoy podemos afirmar que hablamos de uno de los mejores musicales de la década de turno y hasta nos atreveríamos a ampliar el período abarcando una buena tanda de lustros hacia el pasado. El talento y la energía de Glen Hansard, líder de The Frames (banda en la que Carney tocó el bajo), y de Markéta Irglová, una cantautora checa conocida de Hansard (con quien luego construiría una relación), complementaban perfectamente la poesía callejera de la película.
Ya con un mayor presupuesto y estrellas hollywoodenses a su disposición, el director en esta oportunidad nos presenta una realización muy similar a Once, circunstancia que pone de relieve una coherencia en franca sintonía con la de sus personajes principales: en vez de padecer la gravitación de la industria, el cineasta la termina exprimiendo sin perder esa típica frescura, su “marca autoral” distintiva. La esplendorosa Begin Again (2013), que en Argentina fue rebautizada ¿Puede una canción de amor salvar tu vida?, funciona casi como una remake conceptual de la susodicha aunque adaptando el devenir narrativo a la sensibilidad norteamericana, la labor de actores profesionales y la fisonomía neoyorquina.
Precisamente llama la atención la capacidad de Carney no sólo para dar nueva vida al júbilo creativo de antaño sino también para homenajear a la Gran Manzana de una manera tan sencilla como gratificante. Esta vez son Dan (Mark Ruffalo), un ejecutivo de una discográfica al que echaron de su trabajo, y Gretta (Keira Knightley), una joven en crisis que se ha separado de su novio, quienes cruzan caminos en un bar de mala muerte, cuando ella sube al escenario para tocar una canción y él queda maravillado ante lo que escucha. Carney vuelve a obviar los clichés del relato romántico para centrarse en la idiosincrasia del dúo, su ligazón afectiva, la grabación de los temas y especialmente la música en cuestión.
La idea de registrar en vivo el disco de Gretta a lo largo de New York viene a reemplazar el esquema visual a la Ken Loach de Once: si bien las tomas vinculadas a los documentales de observación desaparecieron en gran medida y la dupla Ruffalo/ Knightley no llega al nivel de su homóloga Hansard/ Irglová, aquí el clasicismo se acopla con delicadeza al contexto metropolitano y el desempeño del elenco resulta prodigioso. Begin Again es una ofrenda melómana para melómanos, toda una especie en peligro de extinción: se agradecen mucho detalles como los arreglos “imaginados” por Dan para la canción de Gretta y la secuencia en la que ambos utilizan el “splitter” para compartir melodías mientras recorren la ciudad…