ADORABLE PUENTE
El mejor film de Spielberg desde “Munich” (2005) derrocha seguridad en su narración, solidez en los diálogos, madurez en la dirección, belleza en la fotografía y contención en las actuaciones. No es poco. Construir un film sobre negociaciones de escritorio que mantiene al espectador en el borde del asiento es el enorme mérito del director de “La Lista de Schindler”.
La historia real hubiese resultado narrativamente más plana, Spielberg le escapa al documental y carga a su film con detalles y “floreos” que deleitan a quienes queremos notar la “mano” del director en una película, y además se permite una escena de acción memorable.
“Puente de espias” podrá esta situada en la guerra fria, pero tiene algo para decir acerca de la política internacional del EE.UU. actual, y como se trata aún hoy a los prisioneros de guerra.
La trama es muy simple, Jim Donovan, un abogado neoyorkino (Hanks, excelente como siempre) acepta defender a un topo ruso capturado en tierra norteamericana, lo cual lo lleva al centro del conflicto mundial de aquél momento entre la URSS y Estados Unidos. En medio del muro levantado en Berlín en 1961, deberá negociar el intercambio del topo por un piloto espía norteamericano caído en tierra enemiga. Nadie hace a un decente mejor que Hanks, y Donovan lo era, lo cual agiganta el desafío al estar rodeado de pragmáticos y reaccionarios de ambos lados.
La fotografía de Janusz Kaminski hace que cualquier otro film que uno vea después de este luzca pobre y mal iluminado. El guión de Matt Charman fue “retocado” por los hermanos Coen y se nota en algunos momentos de humor seco que funcionan muy bien. Spielberg es un humanista, como lo era Donovan, cuando el hijo le pregunta “porque defendes a un comunista si no lo sos?” queda claro como entienden al mundo, y la importancia de este ejemplo en el contexto global actual resulta inconmensurable.