Vuelve el Wolf Pack, el trío protagonista de las primeras resacas, una en Las Vegas y la otra en Bangkok. Pero la idea original de las películas, el hecho de que estos tres personajes se despertaran tras una despedida de solteros y comenzaran a cuestionarse qué pasó la noche anterior, al encontrar, por ejemplo, un tigre en su cuarto, o encontrarse uno con un tatuaje en la cara, en esta tercer parte no está.
Aquí los cuatro (porque el cuarto en general es el que desaparece y es por eso que es sólo actor secundario, Justin Bartha) se reúnen con el propósito de ayudar a Alan, el personaje interpretado por Zach Galifianakis. Este es un niño en cuerpo de adulto (uno de 42 años), caprichoso hasta el fin de vivir metiéndose a él y a la gente que lo rodea en líos.
Pero lo que empieza como un simple viaje hacia aquel lugar donde van a hacer la "intervención" junto a él, deriva en otra cosa. Aparece "el villano", John Goodman, y tras llevarse de rehén a uno de ellos (adivinen a quién) los extorsiona para que traigan a Chow y a los millones de dólares en oro que éste les robó. De hecho, la película empieza, además de con un homenaje a "The Shawshank Redemption", con el personaje de Chow, o mejor dicho, sin él: con su celda vacía.
Y es que además de una comedia sobre amigos y no tan amigos que se ven forzados a salir adelante sólo acompañándose, es una película de acción, una absurda y disparatada película de acción.
Con muchas citas a las dos películas anteriores de la saga (por ejemplo, el personaje que interpreta Goodman ya fue mencionado antes), la película además es el regreso de estos tres muchachos a aquel lugar al que prometieron no volver: a Las Vegas, aquella ciudad que "debería ser destruida", como dice uno de ellos.
Sin duda los dos personajes que luchan constantemente por robar pantalla, son el de Alan y el de Chow. Son los dos que se la pasan ocasionando problemas, sean o no buenas sus intenciones (las de uno lo son, las del otro... no tanto). También se permite jugar con el lado seductor del más lindo del grupo, Bradley Cooper, seduciendo tanto a mujeres como a hombres, esta vez más lo último, teniendo en cuenta que durante gran parte de la película sólo aparecen personajes masculinos.
Todd Phillips (director) nos trae la menos inspirada y divertida de la saga, pero aún así una película que asegura un buen rato, sobre todo para quienes son fanáticos de los protagonistas y de sus desventuras. Y si bien, insisto, es la que menos mantiene la idea original de la película, hay una escena en la mitad de los créditos que está puesta especialmente para aquellos que la siguen desde un principio.
Pero además si en algo es efectivo su director, es en saber retratar la amistad masculina, esta especie de hermandad, de fraternidad que pueden generar. Y logra mostrar, por fin, un cambio, un crecimiento en un personaje al que le llevó más tiempo de lo común madurar, o por lo menos algo cercano a eso, y pudo hacerlo sólo con la compañía de estos amigos