La manada está de regreso en esta tercera y última parte de la que se ha convertido en una exitosa trilogía que le propuso al espectador ser testigos de lo que le sucedía a cuatro amigos el día después de una despedida de soltero en Las Vegas, la cual desencadenaba una alocada serie de eventos que los llevó a cruzar su camino con todo tipo de personajes, entre ellos el psicótico Sr. Chow (Ken Jeong), y peligros relacionados con las drogas, la mafia y los secuestros.
En esta oportunidad, Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms) y Doug (Justin Bartha) han dejado atrás los incidentes de "la ciudad del pecado" (en la parte I) y de Bangkok (en la parte II) para vivir una vida más o menos tranquila.
El único que continúa sin encontrar el rumbo es Alan (Zach Galifianakis), la oveja negra del grupo. Debido a su falta de límites y su actitud inmadura -factores que llevan a su padre a la muerte (Jeffrey Tambor)-, su familia y amigos toman la decisión de realizar una intervención para ayudarlo a atravesar una crisis personal.
Sus tres "mejores amigos" son los encargados de trasladarlo hasta una clínica de rehabilitación, pero en el trayecto son interceptados por Marshall (John Goodman), un mafioso que los obliga a recuperar algo que cree que perdió por su culpa y cuyo responsable es el Sr. Chow. Claro que esto tiene que ver con un hecho que toma lugar en la primera película. Esta vez, no hay despedida de solteros. No hay boda. ¿Qué podría salir mal?
A diferencia de sus predecesoras, "Qué Pasó Ayer? Parte III" es divertida y entretenida pero no es tan irreverente como aquellas. Todd Phillips, quien ha sido el director de todas las películas de esta franquicia, y el guionista Craig Mazin, han decidido que la trama no se desarrolle como producto de una resaca con pérdida de la memoria, sino todo lo contrario, ya que rompe con esa estructura narrativa recayendo sobre la lucidez de los protagonistas.