Con la llegada de nuevas ramas en tecnología y aprovechando el boom incansable de la realidad virtual, Steven Spielberg adapta la obra literaria de Ernest Cline, Ready Player One, a las salas de cines. Combinando todo tipo de pasiones (desde cine hasta videojuegos) Ready Player One es una carta de amor al niño que llevamos dentro.
Podría escribir sobre las tantísimas referencias que tiene esta película, pero lo que realmente importa es que traten de ver este espectáculo audiovisual y descubran las referencias ustedes mismos. Hay de todo, para todos y Ready Player One se siente como una constante fuente de información y logra impresionar hasta con el más mínimo detalle en pantalla. Lo mejor de todo es que estos cameos y pequeñas cosas que conforman el mundo digital de la nueva película de Steven se siente natural y no forzado lo cual lo deja a uno con la boca abierta y – lo digo con firmeza – uno se siente un poco estúpido señalando algo que ve en pantalla.
La historia es simple: en el año 2045 estamos en pleno cataclismo económico y social, las fuentes de energía están casi agotadas y el mundo se asemeja a un “gran basural”. De todas formas la gente tiene su refugio virtual, un escape paradisíaco llamado OASIS; este afro mencionado paraíso fue creado por James Halliday (Mark Rylance) una eminencia del mundo de la tecnología y fanático de la década de los 80’s. Todo es hermoso en OASIS, uno puede hacer lo que desee con solo la extensión de sus manos, pero hecha la ley, hecha la trampa… tras la muerte de Halliday, este capo del mundo digital dejó un mensaje a todos los usuarios de OASIS comunicando que quién encuentre su easter egg va a poder ser dueño de todo OASIS; ahí es donde empieza la aventura de Wade Watts (Tye Sheridan), el joven héroe de la película.
La película muestra la magia del cine en todo su esplendor. Todo en Ready Player One es in your face y Steven con su maestría tras la cámara hace lo que mejor sabe hacer: sorprender. Hablamos de una película que cumple sueños, la gran “el sueño del pibe” frente a nosotros, y sin duda alguna el efecto causado no sería el mismo sin Steven, creo que de alguna forma simplemente “no sería”.
En actuaciones Ready Player One cumple correctamente con lo pactado. Encontramos a grandes actores en roles pequeños pero críticos (Simon Pegg, Mark Rylance) y a jóvenes actores en pleno auge de sus carreras (Tye Sheridan, Olivia Cooke, Lenha Waithe), la sorpresa de este film que lleva a un estado de decepción es el trato que se le da a Nolan Sorrento, el villano principal del film, interpretado por el gran Ben Mendelsohn. Mendelsohn ofrece todo lo que puede en su rol de antagonista, no obstante se queda corto en contenido y el accionar de su personaje finaliza simplemente como un mal chiste. En cuanto a la interacción “real” de todos estos individuos el film exclama clichés de romanticismo barato, forzado e innecesario, lo que verdaderamente importa en Ready Player One es el desarrollo del ambiente digital, el resto a pesar de ser necesario para una correcta inmersión total, lamentablemente queda en las sombras.
Justamente hablando del romanticismo forzado que se ve en Ready Player One es sorpresa que el fallo principal del film es su guión. El trabajo realizado por Zak Penn y el propio autor del libro, Ernest Cline, sobre el libreto es decepcionante. Sin ninguna sutileza en lo que sucede en el mundo real se malgasta tiempo forzando romance y amistades artificiales; vemos gente que no nos interesa en lo más mínimo pero en el mundo virtual nos encanta; es una estafa presentar motivos y personajes que no llaman la atención.
Hay que destacar a Ready Player One como una película que se arriesga pero se mantiene reservada en su género, vemos multitud de personajes impensables y los vamos a disfrutar a todos ellos de igual forma; hay un emotivo golpe a la cultura pop en casi todo el metraje (con una banda sonora que va de Bruce Sringsteen a New Order) y también un sentido homenaje a un clásico del cine que da de lleno en la trama (y es lo mejor de la película). OASIS es una maravilla audiovisual y solo con ver la punta del iceberg en lo que puede ofrecer hace desear ser una parte de él. Una película imperfecta pero que llena corazones y afirma una flor de experiencia en la sala de cine. Así que vean Ready Player One en su sala favorita y disfruten el espectáculo, vale la pena cada minuto de él. Valoración: Muy Buena.