No caben dudas de que Rec es uno de los mejores exponentes del cine con zombies de los últimos años. La mezcla de El Proyecto Blair Witch y Exterminio, de Danny Boyle, a cargo del tándem Jaume Balagueró- Paco Plaza, llenó los cines, provocó escalofríos y generó secuelas, como la flamante Rec 4: Apocalipsis.
Esta vez la acción no se desarrolla ni en un edificio (Rec y Rec 2) ni durante un casamiento (Rec 3: Génesis) sino en un barco en medio del mar, donde un grupo de científicos trata de encontrar la cura para la enfermedad que convierte a las personas en criaturas hambrientas de otras personas. Allí es trasladada la principal sobreviviente: Ángela Vidal (Manuela Velasco), la periodista que sufrió el ataque en el edificio… y que tuvo un encuentro muy cercano con la Niña Medeiros (Javier Botet), el ente poseído que comenzó todo. ¿Habrá heredado Ángela la esencia del Mal? En tanto, un mono infectado escapa del laboratorio e inicia una nueva epidemia de monstruos sanguinarios. Y si las posibilidades de escapar se reducen debido a la cantidad de agua alrededor y a una tormenta inminente, entonces las cosas no pueden más que empeorar.
Así como la tercera parte fue dirigida por Paco Plaza en solitario, en Apocalipsis le tocó el turno a Balagueró. Al igual que su coequiper en el film anterior, reduce al mínimo el recurso found footage (sólo al registro de cámaras de seguridad) y elije un estilo más clásico, pero siempre al servicio de las emociones fuertes. Ya había dirigido películas en clave solista, y de gran nivel: Los Sin Nombre, La Séptima Víctima, Frágiles y Mientras Duermes. En la cuarta pesadilla zombie vuelve a demostrar su talento tanto para los momentos gore como a la hora de construir personajes y situaciones de pura tensión, donde los seres en apariencia más inocentes (La Niña Medeiros a lo largo de la franquicia, un mono capuccino en esta oportunidad… y también otra sorpresa en el final) son el disparador del horror, o parte del horror. También se da tiempo para citar a clásicos como La Cosa/ El Enigma de Otro Mundo, de John Carpenter, y Braindead, de Peter Jackson, además de la clara referencia al Demeter, el barco que trasladaba a Drácula en la novela de Bram Stoker. Pero el mayor logro es la manera en que desarrolló la mitología de la saga, siempre doblando la apuesta, sin traicionar la esencia original y sin que se agoten las ideas.
Valiéndose de un ritmo implacable, personajes con oscuros secretos e inteligentes giros en el guión y buenas dosis de hemoglobina, Rec 4: Apocalipsis logra renovar el aire de un subgénero que siempre parece agotarse, sobre todo en la actualidad, cuando los zombies se consagraron como íconos multitaquilleros y estrellas del prime time gracias a la serie The Walking Dead. Sin embargo, como en aquella etapa dorada de los ’60, el terror español tiene con qué para igualar -y hasta superar- a las producciones anglosajonas.