Luego de trabajar juntos en Ararat (2002), Christopher Plummer protagoniza la nueva película de Atom Egoyan, con una trama de suspenso en donde la memoria y la venganza son centrales.
Junto con el holocausto, la persecución y los juicios a los criminales de guerra nazis han sido un tema común y recurrente en el cine posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ejemplos hay de todo tipo, desde El juicio de Nuremberg (1961) y Maratón de la Muerte (1976) hasta Mucho más que un crimen (1989) o El lector (2008), entre otros.
En Recuerdos secretos se reflejan esos tópicos pero de una forma original y distinta. No sólo se desarrolla en una época actual -por lo tanto la mayoría de los personajes tienen ya una edad avanzada-, sino que además, el protagonista decide buscar él mismo al culpable y hacer justicia por mano propia.
En esta película el vengador es Zev Gutman (Christopher Plummer), un judío sobreviviente de Auschwitz que emprende un viaje para asesinar al responsable de la muerte de su familia, hoy oculto bajo el nombre de Rudy Kurlander. Sin embargo, la misión no será tan sencilla, ya que Zev sufre demencia y por momentos pierde la memoria. Para recordar donde está y cuál es su propósito, debe leer reiteradamente una carta con instrucciones que le escribió otro sobreviviente, Max Rosenbaum (Martin Landau), quien ideó el plan. De esta forma, Gutman visita e interroga –con pistola en mano- a varios sospechosos, siempre con el objetivo de acabar con aquel a quien está buscando.
Uno de los principales atractivos del film es la actuación de Plummer, quien le otorga a este papel complejo la sutileza y sensibilidad que requiere. Es interesante como varios giros inesperados en el relato hacen que la historia resulte atrapante y logre alimentar el interés del espectador, así como mantener el suspenso. Egoyan sabe incluir soluciones rápidas y acertadas para aquellos puntos en los que la película podría estancarse y propone algunos cambios de rumbo que captan la atención para lo que vendrá después.
Por otro lado, se exhiben situaciones en las que se pueden llegar a poner en tela de juicio ciertos temas controvertidos como la facilidad de conseguir y portar un arma en Estados Unidos, y el hecho de hacer justicia por mano propia. El mayor clímax llega hacia lo último, con una dura e inesperada vuelta de tuerca final.