El problemático Ben Burns regresa a su casa en víspera de navidad y solo su madre Holly lo recibe con los brazos abiertos. Pronto esa visita se convierte en un problema cuando los fantasmas del pasado comienzan a aflorar y es entonces cuando Holly debe luchar por su familia.
Usualmente no soy fan de los dramas, pero debo decir que la propuesta me sorprendió y no parece ser hecha con intenciones para contentar a los de La Academia.
El director Peter Hedges lleva muy bien el conflicto, que tiene como protagonista la adicción a las drogas y como una familia sobrelleva ese drama y no tiene reparos en explorar las diferentes dimensiones que conllevan.
Conocido por su dirección como La extraña vida de Timothy Green (2013) se caracteriza por su tono convincente y ausencia de diálogos forzados. De esa manera Julia Roberts y Lucas Hedges logran transmitir una química efectiva que pone a prueba la interpretación de ambos actores.
Conmovedora, autentica y eficaz son las palabras que podría describir esta gran propuesta lejos de los tanques que uno esta acostumbrado.