Es el año 2012 y la empresa Kodak termina por discontinuar su producción de fílmico; la muerte del cinematógrafo es un hecho. Ernesto Baca, director de cine y amante del formato Súper 8, siente que el fin del celuloide también significa la muerte de su propio cine. ¿Cómo seguir haciendo películas sin fílmico? Este hecho motiva a Baca a recorrer su filmografía y con los restos de sus films realiza Requiem para un film olvidado. Pero el director se resiste a la desaparición de esta forma de hacer cine, que también es su propia muerte, e inventa Argenta, una emulsión para filmar película…