Ni Dios, ni patria, ni Rey, ni amo
Poco a poco Smith halla su lugar en este nuevo mundo del streaming y vuelve a reencontrarse con su público.
¿De qué va? Basado en la historia real, King Richard sigue el viaje de Richard Williams, un padre imperturbable que contribuyó a la crianza de dos de las atletas más extraordinariamente dotadas de todos los tiempos, quienes terminarán cambiando el deporte del tenis para siempre.
El para mí desconocido Reinaldo Marcus Green es el encargado de contar la vida de Richard Williams de una manera bastante convencional pero muy efectiva, con la dosis justa entre la vida de la familia, hechos reales y partidos de tenis. Creo que una de las cosas más acertadas de la película fue centrarse en un período de tiempo determinado. Ya quedó más que demostrado que en películas de 120 minutos es imposible retratar toda una vida, y al momento de hacer las restricciones quedan afuera ciertos aspectos básicos que podrían o no ser importantes para la trama, terminando todo en biopic mediocres.
King Richard, Will Smith
Por otro lado y con el diario del lunes, ya sabiendo que todo el trabajo y el plan de Richard Williams salió bien, esto es traducido como un viaje de superación. Pero para serles sincero, nunca llegué a empatizar con el Rey, una persona obstinada, intransigente y soberbia, que le exige humildad a sus hijas y tiene un solo plan en su cabeza. A base de mucho esfuerzo conquistó lo inimaginable y lo hizo a su manera saliendo de toda fórmula, pero eso lo decimos hoy por los resultados. ¿Hasta dónde todo esto está dramatizado y qué es verdad? El director expresó previamente: «Eso es muy importante para mí como cineasta: ¿Dónde están los límites? ¿Dónde podemos empujar? No había límites, pero decían: ‘Solo queremos que seas sincero con lo que nos representa. No deseamos ningún adorno en aras de la licencia dramática'».
A pesar de ese aspecto puntual, es una buena película que tiene ritmo, grandes actuaciones con un Will Smith muy cómodo y una excelente caracterización de las hermanas. Conmovedora por momentos, donde la lucha social, el sentido de pertenencia y la ilusión de una vida mejor, no solo para uno sino para los suyos, te tocarán una fibra para que al final conectes con ellos y los entiendas.