Ruido

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La nueva película de la directora Natalia Beristain (Los adioses) es una coproducción entre Argentina y México. Si bien la película sucede en el país de América Central, la historia de mujeres que reclaman justicia y luchan por sus derechos resuena en toda Latinoamérica.
Julia (Julieta Egurrola en una interpretación sublime) es una mujer que hace nueve meses perdió a su hija, una joven de 25 años. Durante un viaje con amigas, en un momento ella desapareció y no se supo nada más. Julia intenta seguir los tiempos burocráticos, los de la justicia, los de la investigación, pero el tiempo se mueve rápido y la causa parece un camino sin salida. «Hay que salir a buscarla otra vez», dice ella luego de ser citada para reconocer un cuerpo que es evidente que no iba a ser si el expediente con su descripción hubiese sido leído, un error administrativo más.
«Si no es nuestra hija, es hija de alguien más», porque la película sigue esta historia en particular pero se entrelaza con otras en el camino, exponiendo algo colectivo. La realizadora Beristain narra su película entre la ficción y el registro documental, con la mirada puesta en esta mujer y madre desesperada por encontrar a su hija y también en el movimiento de mujeres en el que pronto se ve inmersa.
Cuando Julia entiende que las autoridades no van a ayudarla, que muchas veces no hacen nada y otras, peores, entorpecen la causa, la complican, la impiden, se embarca ella sola en un camino que pronto la descubrirá acompañada. Del silencio y de la angustia de sentirse sola, al ruido de las calles, de las mujeres que no están dispuestas a quedarse calladas. Beristain dirige con mano firme, con escenas algunas más sutiles que otras, sin optar por la violencia gráfica, porque la realidad ya de por sí es lo suficientemente horrible.
La película expone una realidad dolorosa que es la guerra del narcotráfico y la trata de blancas que genera desapariciones que quedan impunes en gobiernos democráticos (en un momento a la protagonista le preguntan si el gobierno le ofreció una indemnización para que se quede callada y deje de presionar). Pero lo hace desde la mirada de esta mujer, y se amplía luego al de todas las mujeres, que son las que deciden enfrentarse, cuestionar órdenes y rebatirlas. Porque una desaparición destruye muchas vidas.
En México desde que se desató la llamada guerra contra el narcotráfico, la cifra oficial reporta más de 90.000 desaparecidos en todo el país. No son cifras, son personas. «En México asesinan y desaparecen mujeres todos los días. El poder es cómplice. Los que callan son cómplices», protestan frente a un micrófono. Ruido se trata de intensificar el ruido de la desesperación y la bronca con el de los gritos y los reclamos, es la historia de una lucha infatigable que no terminará hasta que no haya ni una menos. Una experiencia triste y dolorosa pero también un valiente testimonio de la época que nos atraviesa.