Rumbo al mar. Crítica
Una road movie directo al corazón
Federico Bal junto a su padre también en la ficción lucen en las actuaciones en una historia que de algún modo fue el preludio de despedida del actor, ya que fue su película póstuma.
El personaje de Santiago Bal, Julio, recibe la noticia junto a su hija, Laura, a cargo de Anita Martinez, que le queda un mes de vida pero decide patear el tablero e iniciar un último viaje junto a su hijo, Marcos, Fede Bal, que estaba más distanciado, en moto, desde Tucumán a Mar del Plata. Y pese a la negativa de Laura decide emprender el raid.
Diversas provincias van recorriendo y también, Julio se despide de su primer amor en la provincia de Santa Fé y va cerrando en el periplo cuestiones pendientes y momentos no compartidos antes junto a Marcos.
Emotivas actuaciones de ambos Bal y también una destacada participación pero muy logrado de Zulma Faiad componiendo una antigua novia y una correcta Anita Martinez que se aleja del rol de la comedia encarnando la hija amarga de Bal papá.
La dirección estuvo a cargo de Nacho Garassino.
Porque ir a verla: Verán una emotiva actuación de Fede Bal y un Santiago Bal lejos del rol de capocómico, para componer a un padre encantador en la última etapa de su vida.
Preparen los pañuelos .Para disfrutar de principio a fin con logradas actuaciones.