Salvajes giros en otra película editorial de Oliver Stone
Savages (Salvajes) es algo así como una historia simple que ha fumado una buena dosis de estética característica de Oliver Stone. Un par de personajes muy bien construídos por actores veteranos y la estampa joven para un guión que termina solamente dándole el gusto al Director de dejar sentada su visión sobre el narcotráfico, las drogras y la violencia que la entrama.
El film tiene como anfitriona, narradora y pose constante a Ofelia (Blake Lively). Después que la hermosa rubia muestra el paraíso californiano y desarrolla un prólogo concreto, el espectador no tiene mas que relajarse y mirar. No hay nada que descubrir, los giros de la trama se anuncian y por momentos parece que vemos el constante preámbulo de distintas reuniones que terminarán con algunos muertos.
Dos young narcos amigos hacen una vida de nuevos empresarios en Laguna Beach y tratan de producir la mejor marihuana de Estados Unidos, con conciencia ecológica y evitando una sobredosis de violencia. Cuando en la sala las mujeres se están decidiendo por Chon (Taylor Kitsch) o Ben (Aaron Taylor-Johnson) y los hombres están empezando a envidiarlos porque comparten el amor y la piel de la gringa, llega “la Reina”.
Elena (Salma Hayek) es quien comanda el cártel que ahora pretende quedarse con la botánica y red de distribuidores de los buenos muchachos. Su brazo armado es Lado (Benicio Del Toro) quien mata, secuestra y traiciona. Toda la secuencia de trampas y matanzas serán avaladas por el agente de la DEA Dennis (John Travolta) buscando un final que al espectador parece darle lo mismo si es feliz o no.
Oliver Stone filma Salvajes con su calidad recostada en una playa de California. Desde la reposera, el Director anuncia cada muerte, se anima a ensangrentar el guión y recurre a los flashbacks o rebobinados como quien pide un Mojito. Don Winslow y Salerno Shane escribieron esta adaptación para filmar junto a Stone, una serie de personajes que pintan la problemática de la droga desde la posición de narcos high level. Muestra colorida de la obscena violencia de los traficantes, reparte mini críticas políticas y not much more.
Benicio Del Toro es la perla del film, con un Tarantino’s Style que cautiva cuando ruge con la mirada antes de matar. Sádico aunque atento, loco pero inteligente. Es el pulmón de la película y termina siendo la bala plateada entre los disparos con los que el guión intenta rendirte.
Blake Lively es la belleza de la película y de todas las que estén dando en el Cine. No actúa, más bien desfila delante de la cámara haciendo que la sigas a ver de qué se trata la historia. Suena hueca por momentos pero volvamos a decir que es bella y punto. Pensar que su papel casi se lo dan a Jennifer Lawrence.
John Travolta encarna bien ese papel de corrupción, su cara se lo permite, su versatilidad lo disfruta. Es Travolta y ahora con menos panza y un cuello que no oculta años, larga su experiencia para que sus ojos o sonrisas sean las que se esfuercen en cada escena.
Salma Hayek es una linda señora que termina reflejando un buen manojo de insultos entre sus líneas y algunas muecas, pero termina siendo esa esfinge con mala peluca que intenta no fallar cuando la película solo hubiese necesitado su voz.