Martina y Manuel son dos mochileros que acaban de cruzar la frontera con Bolivia para regresar a Argentina, cargando varias cápsulas de cocaína dentro de sus cuerpos. Nada más llegar a un hotel, Manuel se descompensa y muere. Martina huye intentando dejar el asunto atrás, pero ante la presión de los traficantes que le entregaron las cápsulas no le quedará otra opción que recurrir a Javier, su padre biológico que nunca la reconoció.
Entre las propuestas nacionales de ésta fecha tenemos a “Sangre Blanca”, un thriller de la directora Barbara Sarasola-Day, protagonizada por Eva de Dominici y Alejandro Awada donde se pone a prueba las decisiones que pueden tomar las personas en situaciones límite y que tan fuerte (o tan débil) puede ser una relación de sangre entre dos personas.
El argumento es simple pero efectivo, vamos de A a B, de B a C y así sucesivamente. Donde más fuerza cobra la película es en los personajes y cada uno de los obstáculos que deben atravesar para escapar de la situación en la que se ven involucrados, así como las distintas obligaciones que asumen en medio de la presión de las responsabilidades impuestas. En éste aspecto hace un gran trabajo Eva como Martina en vendernos a un personaje que oscila entre querer hacer todo y no hacer nada producto la pesada carga emocional que le provoca la situación con su padre biológico y los traficantes que amenazan su vida si no les entrega el producto acordado.
Awada realiza una labor sólida como el padre desinteresado que quiere a toda costa quitarse de encima un peso del pasado que creyó que jamás volvería a ver.
Sangre Blanca es una interesante propuesta recomendada a quien busque algo más alejado de las producciones argentinas de mayor presupuesto, con una puesta en escena más terrenal y un gran trabajo de locación.