El desafío para quienes se aventuran en una película con la temática boxística es que existen clásicos que son el estándar de calidad. Películas como Rocky, Raging Bull, Million Dollar Baby y un largo etc. que resultan zapatos muy difíciles de llenar.
Hernán Belón (El Campo, también con Sbaraglia) dirige este blando melodrama deportivo que focaliza la acción más en la cama que en el ring.
Ramón Ávila (Leonardo Sbaraglia en otra buena performance) es un boxeador con varios triunfos internacionales. Ya en los estertores de su carrera su familia pretende que se retire y emprenda un negocio familiar con el dinero que el boxeo le dejó. Ávila vuelve al gimnasio con la excusa de ponerse en forma luego del retiro, y entre los jóvenes boxeadores descubre a Deborah (Eva de Dominici que pone más cuerpo que alma al rol), una demasiado bella boxeadora que revive su pasión no solo por el deporte.
Así, Avila comenzará un descenso autodestructivo cimentado en una relación -sexual- con la joven y una improbable vuelta a los rings. Osmar Núñez como un candidato a Intendente y Claudio Rissi trabajan con solidez sus papeles secundarios que al final se sienten algo desaprovechados.
Basado en un cuento, el guión de Belón y Marcelo Pitrola recae en lo sexual de manera innecesaria dejando la sensación que lo que se busca es un gancho comercial para vender una historia que sin este aspecto resultaría sosa. Lo peor del caso es que esa faceta tampoco funciona, sintiéndose forzada. El director adorna la acción con la idea de la pasión como hilo conductor, pero nada en la película transmite profundidad. En definitiva “Sangre en la Boca” confunde pasión con calentura.