Sangre, sudor y lágrimas
Sangre en la boca, el nuevo film de Hernán Belón (El Campo), proviene de la adaptación de un cuento venezolano de Milagros Socorro, en el que el amor, la pasión y la violencia son los elementos principales.
Ramón (Leonardo Sbaraglia), apodado El Tigre, es un boxeador que luego de alzarse con el título de campeón sudamericano, decide retirarse del deporte, y dedicarse a una vida más tranquila junto a su esposa italiana, con la que planea abrir un negocio. Sin embargo, las dudas sobre su futuro lo acechan, a la vez que conoce a Deborah (Eva De Dominici), una bella joven que llega desde el interior del país para comenzar a entrar boxeo.
Desde ese entonces dos historias se mezclan; por un lado la incertidumbre ante el abandono de la profesión, y por otro la atracción por un mujer más joven, que también derivará en la incertidumbre en relación a su matrimonio, y los planes que él tenía. Además cabe mencionarse que en esta historia también interviene la política, y la corrupción, a través de la figura del personaje del siempre genial Osmar Nuñez, quien en su afán por obtener un municipio. organiza peleas de exhibición para El Tigre.
Sangre en la boca parte de un planteo interesante sobre las dudas que el paso del tiempo trae, además de confrontarlas con las exigencias propias de una profesión con fecha de caducidad. Pareciera que El Tigre ve en Deborah, todo eso que el supo ser, la ayuda, la intenta proteger y la entrena; a la vez que sucumbe ante sus encantos. porque sí, hay que aclararlo; en esta película hay muchísimas escenas de sexo.
En cuanto a aspectos técnicos, todo es impecable; lo conflictivo surge con el torpe abordaje de algunas escenas, así como de las referencias cinematográficas que Belón intenta crear (específicamente relacionadas a El Desprecio, de Jean Luc Godard, y a Gatica El Mono de Leonardo Favio), y no logra resolver de la mejor manera. Lo más destacable resulta la performance de Sbaraglia -tanto a nivel actoral, como a desempeño deportivo- y de los actores secundarios.
En definitiva, Sangre en la boca, puede resultar un film interesante de ver, sobre todo por el final que plantea, o por las temáticas que aborda al invitar al espectador a reflexionar sobre el futuro.
Por Marianela Santillán