No me engañes, terror era el de antes
El peor error que se puede cometer para ir al cine es hacer cara o cruz cuando se está indeciso. Más si del otro lado hay una propuesta que no dudarías en elegir de no ser porque se va acompañado a la sala (no diré cuál era la otra opción). Lo cierto es que al momento de dejarlo en manos del azar, lamentablemente ganó Scream 4, película a la que servidor no le daba ni dos centavos, y finalmente terminó corroborando que por lo menos en los prejuicios todavía es efectivo.
Resulta ser que esta cuarta parte sobre Ghostface es un refrito disfrazado de crítica cool. La fórmula de la primera parte, sí buena, resulta reciclada y por ende desaprovechada. No sólo repiten el reparto, sino que con el mismo intentan trazar un puente que lo conecte con la nueva generación de actores. Digo, desde mi humilde lugar: ya que estamos, ¿no era más rentable hacer una remake?
"Nueva década, nuevas reglas", reza la promoción del filme... ¿y las nuevas reglas? Lo que pasa es que la película está tan preocupada por no ser como las demás cintas de terror que recurren a la saga como elemento narrativo, y respetar ese culto que logró levantar en torno a sí misma (las constantes aluciones a esa "Puñalada" y todas sus secuelas son un tono crítico evidente, aunque ambiguo), que termina siendo repetitiva, y con esto aburrida.
Los mismos personajes aseveran que se está respetando la trama de la primera parte, y terminan anticipando el final con un guión que además de malo es estupidizante. Si a eso le sumamos la catarata de clichés y lugares comunes a los que recurre, tenemos algo así: fórmula gastada + recurso de la repetición (cuasi radiofónico) + lugares comunes + incorporación de actores semi-coll = un bodrio más. Sí señores, en Hollywood lo volvieron a hacer, y evidentemente van por más.
Neve Cambell y David Arquette reaparecen para servir de factores de confusión, más otro par de actores que están ahí también para eso, para distraer. Lo curioso es que el público (sacando a esa casta especial que son los devotos de un film/saga específico, lo cual es totalmente respetable) se se pueda llegar a sentir bien con esta película.
Porque Scream 4 intenta engañar al espectador constamente. No sólo se preocupa porque quede claro el mensaje de "ojo eh, que si ves clichés o algo reciclado es porque estamos criticando a los guionistas de Saw o Jason, somos re frescos y hacemos guiones cool, y encima nos damos el gusto de homenajearnos", sino que pretende que el que está viendo la cinta se sienta un estúpido en el final. Una cosa es querer distraer, pero siempre intentarlo es demasiado, y más si el desenlace termina siendo cualquier cosa, lo cual termina denostando que la única finalidad de la película era reaparecer para 1) actualizarse cual usuario que apreta F5 en su computadora, y 2) hacer creer a dicho usuario que es un imbécil por a) comprar la entrada (o en un futuro alquilarla o perder tiempo descargándola de internet) y b) porque lo engañó el que resulta ser Ghostface en esta entrega.
En fin, Scream 4 es tan mala que hace que, de paso, odies las tres primeras partes también. Todo confluye en un sinfin de recursos excedidos en sí mismos, con algún que otro sobresalto (hay que reconocer que la masacre en la casa está bien lograda, aún cuando al inicio de la cinta se critica que en Saw IV sólo se muestra sangre porque sí) y el reinvento/insistencia respecto al personaje épico que se logró con la saga. Lo peor encima es que Scream 4 se la da de valiente por darle palos a las cintas de terror de ahora (lo cual no es difícil, lo puede hacer cualquiera), lo que demuestra que Wes Craven realmente está convencido que cerró las puertas de la era gloriosa del buen cine de terror. No te engañes Craven, o mejor dicho, no nos quieras engañar a nosotros.