Un padre inestable
Cameron (Mark Ruffalo) y Maggie (Zoe Saldana) se conocen durante los bohemios años sesentas, se enamoran y a pesar de que Cameron confiesa ser bipolar -sufre de síndrome maníaco depresivo-, ella no le da demasiada importancia, se casan y tienen dos hijas: Amelia y Faith (Imogene Wolodarsky y Ashley Aufderheide).
Durante los primeros años de matrimonio tienen una vida feliz, en una casa en el campo. Cameron es un padre libre que le enseña a sus hijas a disfrutar de la naturaleza y ser creativas, no les pone límites ni le da demasiada importancia al colegio, es entonces cuando la vida ya no es tan feliz para Maggie.
La enfermedad de Cameron se vuelve incontrolable y ella decide irse de la casa junto con sus hijas. Luego de una breve internación, Cameron trata de retomar su vida normal siguiendo un tratamiento, pero las cosas no serán fáciles.
Maggie vive con sus hijas, tiene un trabajo que no le gusta y el dinero no le alcanza. Para poder tener un mejor futuro junto a ellas, decide ir a estudiar a Nueva York durante una año y medio para obtener una licenciatura y así conseguir un mejor trabajo cuando regrese al hogar.
Para poder irse le propone a Cameron que durante ese tiempo se mude a su casa y se haga cargo de las nenas. La situación es apremiante y no hay demasiadas opciones, la rutina diaria con las niñas es todo un reto para un padre que día a día debe luchar con una enfermedad que lo desestabiliza emocionalmente.
El filme narra de forma íntima, natural, sin golpes bajos la vida de los tres mientras tratan de adaptarse a tantos cambios. Las chicas deben acostumbrarse a un padre que no es como los otros padres, que hace cosas bastante fuera de lo común, que a veces expresa sus emociones desaforadamente y en otros momentos sus emociones parecen devorarlo. Con mucho amor y mucho empeño los tres logran encontrar un equilibrio que les permite funcionar como una familia.
Como era de esperarse, Mark Ruffalo realiza una estupenda interpretación, y la química entre él y las pequeñas actrices es formidable, logrando que las escenas sean emotivas, graciosas, y creíbles.
No es la historia de un hombre con una enfermedad, sino la historia de una familia que debe lidiar con una situación particular. Esta narrada con fluidez, buen ritmo y muy buenas canciones, aunque no profundiza demasiado sobre las complicaciones que implica convivir con una enfermedad psiquiátrica, y la energía y el esfuerzo que se debe poner para controlarla.
La escritora y guionista Maya Forbes, debuta como directora con un buen filme que elige mostrar una enfermedad complicada de un modo bastante positivo, dando como resultado una película entretenida, emotiva y con muy buenas actuaciones.