[REVIEW] ¡Shazam!
Más allá de toda percepción en cuanto a la atmósfera que posee el film, lejano ya a todo lo concebido por Zack Snyder y su, para público y crítica, fallido universo DC, la película dirigida por David F. Sandberg logra una enternecedora historia en donde el héroe no es puesto a prueba como gloria del hombre, cuestiones que le sucedían a Superman y sus allegados. Aquí intenta una aproximación mucho más sencilla del proceso de convertirse en uno.
La historia de Billy Batson es en muchas maneras completamente distintas a las concebidas para sus congéneres heroicos; la tragedia en él es más humana que ninguna otra, de alguna manera prosaica frente al joven testigo del doble asesinato de sus padres como sucediera con Bruce Wayne o la destrucción de su mundo como le sucediera a Ka-El. Henry Gayden, C.C. Beck y Bill Parker escriben una historia pequeña de sencillo tránsito, a la vez que borra toda traza de mandatos paternos, de obligación de continuar con una herencia filial, de embarcarse en una venganza sin fin. Aquí Billy Batson está realmente solo, sin mentores o sombras que dicten sus reglas de ser o hacer. Este Hamlet corre con una ventaja, no hay fantasmas que atormentan. Y aquí es traducido en la ligera, amena y casi socarrona comedia de un niño teniendo que aprender a ser grande en cuestión de minutos.
Y más allá de la comedia, que seguramente tiene sus referentes claros y expuestos sin inquietud alguna; narra el nacimiento de un héroe fresco, sin oscuridad alguna. En que la decepción en cualquiera de sus formas es atemperada con un gesto de valor. No hay dramas de corte shakesperiano en él, y se define desde otro lugar sus acciones heroicas. Porque el mentor de Shazam es un niño, Freddy Freeman interpretado por Jack Dylan Grazer, que aún posee una visión sobre el heroísmo desde la concepción infantil de los mismos; apresar el malo, la buena acción sin consentir dobleces. Y no es casual que toda esa tormentosa odisea de mandatos paternos se la endosen al villano de la historia, el personaje interpretado por Mark Strong, el doctor Thaddeus Sivana, algo particularmente irónico, si se nos permite, porque los guionistas y el director hablan puntualmente de que el verdadero héroe se concibe a sí mismo, a través de sus propias experiencias y lo que pretende desde el momento en que se transforma en uno.
La trama contada en dos tiempos, los de Billy y Sivana, se enfoca justamente en esto, uno solo quiere regresar a casa, con su madre, que perdió y el otro demostrar que no es el patético niño que su familia cree, que puede ser más si tiene la oportunidad de demostrarlo. Claro que este último tiene cierta tendencia a lo fácil, el encontrar rápidamente la finalidad sin comprometerse con el tránsito hacia ella. En contraposición de la paciencia de Billy en buscar cada Marilyn Batson de la ciudad para dar con su madre. En jamás creer que puede que ella no quiera ser hallada o sea posible hacerlo en una vasta ciudad. Zachary Levi y Asher Angel, personificando a Shazam y Billy logran esa comunión de ideas y desparpajo sin estropear todo lo antes mencionado, llevando la comedia a lugares propicios para el disfrute del espectador.
Una historia concebida para divertir, dijimos, una génesis de héroe amena que no interpela al espectador, lo llama a disfrutar y pasar un buen rato. Puede que las comparaciones con el Universo cinematográfico de Marvel estén al día, es inevitable por conocidas razones, lo que es una pena porque a ojos de muchos el universo DC se acopla a un concepto ajeno sobre como narrar una historia, y que a nuestro parecer no es justo. Siguen buscando la manera, y tal vez de a poco logren hacerlo, aquí hay un intento que logra ser una aventura disfrutable para toda la familia. Si se nos permite la mediocre poesía, se aleja de a poco la tormentosa y oscura era Zack Snyder y amanece la aventura vibrante y colorida. Cuál de ellas es mejor, bueno, eso se lo dejamos al espectador, que de ellos es el veredicto final.
Para nosotros es correcta; no olvida la historia del nacimiento del héroe como tampoco que esto pueda ser divertido en el tránsito.