Uno podía desconfiar de Guy Ritchie, británico pichón superficial de Tarantino, a la hora de encarar el gran regreso de las aventuras de Sherlock Holmes. Pero el ex de Madonna consigue una película atractiva donde su montaje vertiginoso que gusta de amontonar tantos planos breves como sea posible encuentra su justificación en esa velocidad mental de Holmes. Y el otro gran acierto de la película es encarnar al sabelotodo más famoso de la literatura en la piel de Robert Downey Jr., la gran estrella del momento en Hollywood. Ritchie apuesta por el costado boxeador de Holmes y logra una película donde las piñas juegan un papel tan importante como la inteligencia del detective. Y como si todo esto no alcanzara para que la película se vea bien, allí están Jude Law como el fiel Watson y Rachel McAdams como femme fatale para que todo sea todavía más agradable a los ojos.