Otra más y ...
Las comedias que tratan sobre dos personas que intercambian cuerpos por arte de magia es un lugar común en el cine. Antes de verlas ya uno supone que tendrán la estructura típica: cambio, inadaptación, adaptación y el correspondiente desenlace. Si fueras yo (The Change-up, 2011) se ajusta a lo antes dicho. El gran cambio son los protagonistas y el director que intentan hacer de un cliché, una buena comedia.
Si fueras yo trata de dos hombres, Dave (Jason Bateman) que es abogado, casado y padre de dos hijos, y Mitch (Ryan Reynolds), soltero, mujeriego y aspirante a actor. Tras decir que desean la vida del otro, estos amigos de toda la vida cambian de cuerpo y, por ende, de vidas conduciendo a complicadas y cómicas situaciones. Por ejemplo, Mitch en el cuerpo de Dave viéndose en la posibilidad de tener que intimar con la esposa de su mejor amigo; posibilidad que lo pone más contento que nervioso.
La dupla Jason Bateman y Ryan Reynolds es la atracción del filme, y lo más destacable es que el director David Dobkin, supo explotar sus habilidades de comediantes, llevándolos a una película que tiene potencial de comedia divertida con algún que otro buen momento. Aún así, no deja de ser un filme por debajo del promedio. Las situaciones secundarias que se viven en el desarrollo del filme son los puntos de originalidad, lo que enriquece a un desarrollo, a gran escala, sin emociones.
Así, Si fueras yo, es otra película más dentro de este rubro. A pesar de tener dos actores muy buenos que caricaturizan y exageran rasgos de dos estereotipos de personas, la trama no genera novedad. Un filme para ver un domingo de tarde, sólo para pasar el rato.