Desde las sombras se lanza una secuela de Sicario (2015). Dirigida por el italiano Stefano Sollima (Gomorra, ACAB) Sicario 2: Soldado es una innecesaria pero extremadamente grata secuela. Regresando para la segunda vuelta Josh Brolin, Benicio Del Toro y Jeffrey Donovan profundizan el impacto de la guerra contra narcos.
Tecnicismos a la carta, la película se encarga de enfocar los recovecos de la trata interna de gobiernos sobre una guerra que al parecer nunca va a terminar. El mal menor se hace presente en todo momento y si bien los lados quedan claros, las decisiones no van de blanco a negro sino que bordean el tono gris. Brolin regresa como un agente federal incansable, casi adicto a su línea de trabajo y cuyos relativos – si es que los tiene – son desconocidos; Del Toro se sumerge aún más en su búsqueda de venganza, mostrando una plenitud total al interpretar a un hombre que se volvió experto tras sufrir una desgracia irreparable. Brolin y Del Toro se apoyan el uno al otro para complementar sus actuaciones.Es interesante que no se encuentren Denis Villeneuve y Roger Deakins detrás de este proyecto. Estos dos talentos hicieron lo que hoy es la saga Sicario en fotografía y dirección, no obstante Taylor Sheridan, regresa para escribir el guión de esta secuela y mantiene en punta su don para dar otra vez cátedra de como escribir historias. Sheridan marca fronteras en una película que tiene que ver con la situación actual de famosos muros: la “zona prohibida” se encuentra más prohibida que nunca y la tensión fronteriza está en su punto más alto.
Con una solemne intensidad Sheridan crea un interesante “volumen 2 “a una historia que tiene para largo rato si sigue en buenas manos. Lo dije en un momento y lo sigo diciendo: todo lo que toca Sheridan es oro y en su especialidad (y en mi opinión) en este momento no hay nadie mejor con un lápiz y un papel en la industria del cine. Sollima sigue su tradición de enfoque clandestino y junto a Dariusz Wolski en el apartado fotográfico (Prometheus, The Martian) dan un espectáculo visual en 122 minutos de tensión sin tregua.
La película no es perfecta pero es una digna secuela que expande un universo oscuro cuya historia se basa en personajes monumentales y acciones contundentes (para bien o para mal) en un medio hostil que no permite margen de error. Brolin brilla y Del Toro pisa con fuerza; una pelicula recomendada para disfrutar en cines cuanto antes