Anexo de crítica: Si dejamos de lado el lugar común de interpretarla como una simple celebración de la adrenalina, podremos apreciar que Sin Escape (Der Räuber, 2010) funciona más bien como un retrato meticuloso de la ansiedad, aquí sin dudas en sintonía con una depresión arrastrada de lejos y canalizada a través de una maravillosa serie de actividades orientadas a desvalijar bancos. Desde el inicio este pequeño e interesante thriller austríaco adquiere la forma de un viaje solipsista gracias a la impecable labor de Andreas Lust y el pulso aletargado que impone el realizador Benjamin Heisenberg…