Sin escape cuenta la apasionante historia de Johann Kastenberger, maratonista ladrón de bancos austriaco. Aquí no hay motivaciones para Johann; él es ‘todo físico’ y sus impulsos primarios son robar bancos y correr, no siempre en ese orden. El corredor toma los robos como ejercicios donde su corazón de atleta bombea adrenalina con fuerza. Benjamin Heisenberg observa con atención a Johann, narra la vida del corredor sin apuros, con paciencia, y sabe cuándo acelerar o cuándo bajar la marcha para cambiar el aire. El cineasta filma Sin escape como un maratón, deporte solitario donde uno maneja sus tiempos, se impone desafíos personales y no importa tanto ser primero como llegar a la meta final.