Llegó el final de la trilogía más esperada. Y este es el film más oscuro de todos. Luego de que el Distrito 13 consigue rescatar a Peeta Mellark y ver que ya no es el mismo, comienza de manera contundente el desenlace que pasará por distintas etapas, dando un breve respiro y mostrando muchos detalles que son fieles a los libros.
Esta fábula distópica, escrita por la estadounidense Suzanne Collins, cumple las expectativas de los fans, de los verdaderos fans que leyeron los libros.
También mucho hay que agradecerle al libro Battle Royale, de Takami, por inspirar todo y a todos, el gran origen (y el libro llegó al cine en el año 2000, siendo la favorita de Tarantino).
Jennifer Lawrence, amada en Hollywood (y por todos) logra que Katniss sea una verdadera heroína, y sea inspiración de lucha constante, en cualquier aspecto de la vida, no necesariamente estar dentro de un ominoso reality de guerra y ver morir a los seres queridos. Julianne Moore y Woody Harrelson son grandes personajes y siempre es un placer verlos actuar en el papel que sea, llegando así a los jóvenes también, a las nuevas generaciones. Ver a Philip Seymour Hoffman en pantalla grande, emociona.
La historia de amor sigue costando concretarse y además no se siente del todo real el “amor” entre Katniss Everdeen y Peeta Mellark, queda extraña la situación de ellos, pese al final. Siempre se percibe el incómodo triángulo amoroso entre Katniss, Peeta y Gale.
Una trilogía que inspiró en la vida real a muchos adolescentes y también luego de estos films apareció Divergente y Maze Runner. Esta última entrega de Los Juegos del Hambre es la de mayor presupuesto y se estima que recaudará más que todas. Tal vez sobran 20 minutos de película o esos minutos son un regalo para los fanáticos.
Las tensas secuencias de acción son un deleite, para verlas una y otra vez. Los juegos del hambre parte final, es la más emotiva de todas y resulta ser un poco más reflexiva en sus observaciones de la sociedad, ya que lo que sucede puede trasladarse a realidades inminentes.
Un final que no es feliz, que no es color de rosas, pero eso fue permitido por Hollywood y es bienvenido.