Llega la versión cinematográfica y en 3d de los personajes creados por Charles M. Schulz dirigida por Steve Martino.
Hace 65 años se publicaba la primera tira cómica de Peanuts. A lo largo de estos años, la serie acumuló fanáticos y se convirtió en algo popular para varias generaciones.
La principal virtud de esta película es la de conformar al público más fiel, ya que mantiene su espíritu original, entre tierno y naif, y a la vez a aquel que recién se introduce en este mundo (aunque difícilmente haya alguien que no conozca aunque sea un poco a estos personajes).
Así, la historia a contar es simple: la del nuevo año escolar para Charlie Brown, un niño introvertido y un poco torpe, que se enamora de la niña nueva, una niña pelirroja por la que querrá hacer diferentes cosas como aprender a bailar o leer todo “War and peace” de Tolstoi en un fin de semana para sorprenderla con un sobresaliente trabajo escolar. En el medio, su perro Snoopy escribe y vive aventuras increíbles. En el medio, otros personajes (siempre niños, los adultos aparecen fuera de plano y sus voces no son más que sonidos graves) terminan de aportarle color a una historia sin pretensiones y con mucho corazón.
El resultado así es una película bien lograda, con nuevas técnicas de animación que no destruyen la imagen original de estos personajes animados, simplemente le agrega dimensión, con una historia sencilla pero efectiva y un humor que funciona en su tono más bien naif y tierno. Snoopy es una película que probablemente encuentre al espectador ideal en cualquiera de los siguientes grupos: el más infantil, y el adulto nostálgico.